martes, 12 de noviembre de 2013

VUELO 937 Capítulo 16



El timbre volvió a sonar una vez más de manera insistente mientras yo miraba hacia la puerta, temerosa y con más dudas encima de las que jamás había tenido en toda mi vida. Sabía a la perfección quién era y, pese a que por un aparte tenía unas ganas locas de verle y echarme a sus brazos para que me diera un abrazo sin pedir explicaciones; por otra, la firme promesa que me había hecho a mí misma de contárselo todo, hacía que en aquellos momentos deseara salir corriendo de allí a toda velocidad con tal de no dar la cara. Pero no. Eso último no era posible: debía agarrar el toro por los cuernos y decirle a John que estaba embarazada, tal cual. A fin de cuentas, pensé amargamente, después de haberle dicho que venía de un tiempo que no era el suyo, el decirle que estaba esperando un hijo tampoco era para tanto.

Agarré aire de nuevo a la vez que el timbre de casa sonaba por tercera vez y,  armándome de valor, agarré el pomo de la puerta y la abrí,

-Pensaba que no estabas.-sonrió John cuando me vio.

Le devolví una sonrisilla forzada: pese a que me alegraba de verle, no tenía en absoluto ganas de sonreír.

-Estaba en el baño.-mentí mientras lo agarraba de la mano y lo hacía entrar en mi apartamento.

Cerramos la puerta tras nosotros antes de que John me plantara un beso en los labios, dulce. Después, se separó lentamente de mí, me miró y frunció ligeramente el ceño. Tragué saliva al entender que algo había notado.

-¿Te ocurre algo, cariño?-preguntó con suavidad pasándome la mano por la cara.

-¿A mí? ¿Por qué lo dices?

-Aparte de por la carita que tienes hoy, porque aún estás por cambiar… Simplemente lo preguntaba porque me extraña eso de ti.

Me quedé mirándolo durante unos segundos, confusa. Entonces, de repente, lo recordé: hacía un par de días, John me había prometido que saldríamos a cenar esa noche y yo no me había acordado para nada. De hecho, tenía tantas cosas en la cabeza que hasta ese preciso instante tampoco me percaté de que John iba arreglado para salir. Suspiré incómoda ante aquello.

-Lo siento, Johnny…-mascullé notando como enrojecía levemente.-Lo había olvidado por completo, perdón.

-Ey, no pasa nada.-dijo esbozando una sonrisilla tranquilizadora. Aquello me hizo respirar aliviada: al menos no se me había enfadado.-Hay tiempo de sobra aún.

-Ya, bueno… Iré a arreglarme pues.

Hice además de separarme de él, pero John, en el último momento, me agarró de la mano firmemente y me lo impidió.

-Bri, un segundo.

-¿Qué?-pregunté con un hilillo de voz.

-A ti te pasa algo.-dijo con convicción.-Vamos, cariño, dime la verdad.

Le miré a los ojos y suspiré. Su mirada era sincera, incluso suplicante. Fue entonces cuando supe que había llegado el momento de decirle aquello que tanto me preocupaba. Tal y como me había dicho Anna aquella misma mañana, John merecía saber la verdad.

-Está bien…-dije al fin.-¿Te… te importa que nos perdamos esa cena por hoy? Es que no sé si después de…

-A la mierda la cena, Bri.-me cortó él ansioso.-Cuéntame lo que me tengas que contar.

-Por supuesto.-suspiré.-Pero mejor sentémonos… Quiero hablar contigo con calma, John.

*********************************

Jueves, 9 de abril de 1987
Londres

Abrí los ojos poco a poco, sintiendo aún como el dolor se apoderaba de mí aunque, no obstante, parecía ir remitiendo poco a poco. Apenas recordaba nada de lo que había pasado en los últimos instantes: sólo aquel intenso dolor que me partía por dentro y, de repente, nada más. Tal vez, tal y como había aventurado Greg antes, había pedido el conocimiento.

-Bri, cariño...-dijo John a mi lado cuando vio que abría los ojos.

Me las arreglé para dedicarle una media sonrisa. Pese a todo, el hecho de ver que no se había separado ni un centímetro de mi lado, que seguía ahí pese a todo, me hacía extrañamente feliz. Él me dedicó una caricia suave en la cara, devolviéndome la sonrisa, una sonrisa que se me antojaba tristemente amarga.

-Ey, Johnny…-murmuré al cabo de unos segundos haciendo acopio de todas mis fuerzas.

Aún me estaba recuperando del último ataque y el hecho de hablar suponía el mayor de los esfuerzos. No obstante, quería hacerlo: tenía muchas cosas por decir.

-¿Qué ocurre, cariño?

Lo miré a los ojos antes de hablar.

-Gracias.

John entrecerró los ojos ligeramente y me lanzó una mirada algo confuso.

-¿Gracias?

-Sí, gracias.-insistí de nuevo. Agarré aire antes de continuar.-Por todo. Gracias por estar aquí ahora y por haber estado ahí siempre.

-Bri…-murmuró él. Noté como apretaba fuertemente la mandíbula: era evidente que estaba haciendo un esfuerzo monumental por no ponerse a llorar allí mismo.-No tienes por qué agradecerme nada. Simplemente estoy donde quiero estar: a tu lado.

Al contrario que él, yo no pude evitar que una lágrima se me escapara cuando escuché todo aquello. Sabía que estaba siendo sincero y aquello me emocionaba. Nos quedamos mirándonos, con los ojos clavados el uno en el otro, durante unos instantes, sin decir nada y diciéndonos todo a la vez. Aquella situación también me dolía, muchísimo; tal vez fuera la última vez que los dos podíamos mirarnos de ese modo y aquello me rompía el alma.

-Ojalá pudiera hacer algo, cualquier cosa… -dijo John de repente.-No te mereces esto, joder.

Desvió la mirada en el último momento y la fijó contra la pared. No supe a ciencia cierta si estaba llorando o no. Daba igual: con lágrimas o sin ellas, estaba igualmente destrozado.

-Ya has hecho bastante.-murmuré agarrándole la mano. Aquel imperceptible gesto hizo que John se volviera de nuevo hacia mí y me mirara a los ojos.-Ya has hecho más que suficiente regalándome la mejor vida del mundo a tu lado.

-Tú eres la que me ha regalado eso, Bri.-murmuró. Después, se agachó y me dio un suave beso en la frente.-Gracias a ti. Por todo. Sabes que no cambiaría ni un solo segundo de los que he pasado a tu lado, ¿lo sabes, no?

-Por supuesto que lo sé, Johnny… Por supuesto que lo sé.

Y los dos nos fundimos en un triste abrazo que, una vez más, nos hacía entender que los dos éramos casi como una misma persona.

De fondo, Greg, miraba la escena en silencio. Por primera vez desde que lo había conocido no había en su cara ni rastro de su sonrisilla psicótica. Incluso me pareció que estaba llorando.

*******************************************

John y yo nos sentamos en el sofá de mi pequeño salón en silencio.

-¿Te apetece tomar algo?-pregunté intentando alargar deliberadamente el momento de decirle la verdad.

-Lo que me apetece es que me digas lo que me tengas que decir, Bri.-me contestó él, serio.

Le dediqué una mirada cargada de incomodidad y lancé un suspiro.

-John… Creo que…-balbuceé sin saber cómo abordar el tema.-Tengo un problema de los grandes. Bueno, tenemos un problema.

-¿Cómo?-preguntó él extrañado.-Bri, explícate.

-Veamos…-empecé a decir yo sin despegar mis ojos de los suyos.-Te lo diré sin rodeos, tal cual es. Verás… Yo…

Me interrumpí en el último momento para agarrar aire. Decir que estaba aterrada era poco.

-¿Sí?-insistió él empezando a impacientarse.

Sin saber por qué, rehuí su mirada antes de contestarle.

-John… Yo… Estoy embarazada.

Dije la última frase de tirón y en voz baja, tan baja que aquello había sonado más bien como un murmullo imperceptible. Un silencio sepulcral se hizo entre los dos. Yo, por mi parte, seguía con la mirada fija en la pared, sin osar siquiera a mirar a John a la cara después de haberle dicho aquello. A medida que pasaban los segundos y el silencio entre los dos se acrecentaba, iba poniéndome más nerviosa.

-¿Bri? ¿Qué… qué has dicho?-susurró John incrédulo de repente.

Apreté la mandíbula fuertemente: de nuevo, las lágrimas estaban amenazando con salir de nuevo. Por eso, ni siquiera pude contestar. El contacto de John me sorprendió de pronto cuando me puso la mano debajo de la barbilla y me obligó con suavidad a volver la cara de nuevo hacia él. Lo miré. No sonreía, pero tampoco parecía enfadado. Simplemente, parecía enormemente sorprendido con todo aquello.

-¿Es eso cierto? ¿Estás segura?-preguntó con suavidad.

Asentí sintiendo como las lágrimas empezaban a brotar de nuevo de mis ojos. La inseguridad que sentía en aquellos momentos era tal que me provocaba una inmensa ansiedad.

-Ey, no llores…-susurró limpiándome las mejillas de la cara con los pulgares.

Aquel gesto, suave y cargado de cariño, hizo que me serenera en el acto.

-Cuando lo sospeché fui al ginecólogo para hacerme unos análisis.-le expliqué con un hilillo de voz.-Esta misma mañana he ido a ver el resultado y… sí, estoy embarazada.

-¿Pero por qué no me habías dicho nada?

Lancé un suspiro y me encogí de hombros.

-No lo sé.-contesté.-Bueno, sí lo sé: tenía miedo. Si te digo la verdad aún sigo muy asustada con todo.

-Joder…-dijo John de repente abrazándome fuertemente.

Me dejé hacer a la vez que apoyaba la cara sobre su pecho. Aquel abrazo era tal vez el más reconfortante que me había dado en todo lo que llevábamos juntos.

-Lo siento…-mascullé de repente.

Nada más dije eso, John se separó de mí y me miró con seriedad.

-No digas tonterías, Bri.-me dijo con contundencia.-Tú no tienes por qué sentir nada, esto es cosa de los dos.

Tenía razón, así que decidí no decir nada más al respecto.

-¿Y ahora qué vamos a hacer?-pregunté al cabo de unos segundos.

-¿Tú qué es lo que quieres hacer?-me devolvió John la pregunta.

Me quedé mirándolo durante unos segundos. Lo cierto era que ni yo misma sabía qué hacer.

- Creo que… Supongo que lo mejor en estos momentos sería que… abortara.


-No te he preguntado qué es lo mejor en estos momentos, te he preguntado qué es lo quieres hacer.-me dijo con suavidad.

-Y yo qué sé…-le contesté con sinceridad.-No tengo ni idea. Esto es una mierda, joder.

John rodeó mis hombros con su brazo en un gesto protector. Dejó que me acomodara bien y me dio un beso en el pelo.

-Mira, Bri…-dijo de repente.-Te apoyaré en lo que decidas, ¿vale? Si realmente quieres abortar, estaré a tu lado. Pero… te voy a decir qué es lo que yo haría, ¿de acuerdo?

Levanté la mirada y me encontré con la suya. Asentí levemente. John me dedicó una media sonrisa antes de hablar.

-Sé que no nos habíamos planteado esto ni por asomo y que… bueno, es obvio que no queríamos que pasara.-empezó a decir.-Pero ha pasado… Nos queremos, cariño. Yo quiero seguir a tu lado y a la larga supongo que hubiéramos acabado teniendo hijos de todos modos.

-¿Me estás diciendo que…?

-Te estoy diciendo que por mí adelante.-me aclaró él con una sonrisa.-Pero, obviamente, tú decides.

Me quedé pensando durante unos segundos, sopesando las dos opciones que tenía ante mí. La temida mala reacción de John no se había producido y, por tanto, podía pensar con serenidad las cosas, sin aquella presión que había tenido desde que me había enterado de que estaba embarazada. Y era entonces, cuando lo pensaba con serenidad, cuando me daba cuenta de que, por mucho que aquello nos fuera a cambiar la vida, lo que menos quería hacer era abortar. John tenía razón. Nos queríamos... ¿Qué problema había? Vale, tal vez de haber elegido nosotros las cosas, nos hubiéramos esperado un tiempo más, pero si había pasado y, tal como había dicho John, a la larga íbamos a acabar teniendo hijos… ¿Qué sentido tenía abortar? Tenía estabilidad en todos los aspectos de mi vida: el dinero no era problema y tenía una relación más que firme con la persona a la que más quería en el mundo.

-¿De verdad?-pregunté mirándolo a los ojos, con una sonrisa esperanzada.

-Jamás en mi vida he hablado tan en serio.-sonrió él.

No pude contenerme ni un segundo más y, embargada por la ternura que en aquel momento me invadía, me acerqué hacia él y le di un beso dulce, tratándole de transmitir así todo lo que sentía por él.

-¿Eso significa que seguimos adelante con todo esto?-preguntó cuando me separé de él.

-Así es.-dije notando como me temblaba la voz.-Atrevámonos a dar este paso.

Nada más pronunciar aquellas últimas palabras sentí un vértigo inmenso: era la primera vez que tomaba consciencia de que dentro de mí llevaba un hijo, un hijo de John y mío.

-Joder, voy a ser padre…-murmuró él. No obstante, lo dijo sonriendo.-¡Esto es increíble!

-Tenemos aún casi ocho meses para hacernos a la idea los dos. Porque yo… tampoco soy capaz de creérmelo aún.

-Serás la madre más guapa del mundo, cariño.-sonrió él.-Y yo el padre más patoso e inexperto.

No pude evitar soltar una risita por lo bajo cuando escuché aquello. Me quedé con las ganas de decirle que él no iba a ser el único inexperto, pero me callé en el último momento.

-De mucho peores que nosotros hay que tienen hijos y salen adelante, así que supongo que no seremos tan desastrosos…

-Espero que no.-rió él.

Después, se volvió de nuevo hacia mí y se quedó mirándome durante unos segundos, pensativo. Le lancé una mirada interrogante, animándole a decir lo que le estaba pasando por la mente en aquellos momentos.

-Oye, Bri…-dijo al fin.-Estaba pensando que si vamos a ser padres… Creo que deberíamos irnos a vivir juntos por lo menos.

-¡John!-exclamé esbozando una sonrisa de oreja a oreja. No me había esperado aquello para nada y… me apetecía. Mucho.

-¿Qué te parece la idea? ¿Te apetece venirte a vivir conmigo?

-¿Que qué me parece?-pregunté.-Me encantaría vivir contigo y pasar la mayor parte del tiempo posible a tu lado.

Y antes incluso de que acabara de pronunciar aquellas palabras, me vi sumida en un beso largo e intenso. Cerré los ojos a la vez que hundía mi mano en su pelo, dejándome llevar. Sonreí para mis adentros al pensar en cómo de  increíble era que un día que había empezado tan mal pudiera haber acabado tan bien. Y todo gracias a él.

En aquellos momentos, dudaba que alguien pudiera amar a una persona tanto como yo amaba a John.






Y hasta aquí el capi 16. Espero no tardar demasiados días en subir el 17, que será bastante larguito pero ya tengo más o menos ideado. Por cierto, que el 17 será, por así decirlo, el inicio del final, no sé si me explico...
¡Y no digo ya mucho más que me voy rapidito hoy, jejeje. Saludos y hasta el próximo!  :)


3 comentarios:

  1. AW, que tiernos son John y Bri. Me encanta esa parejita. ❤️
    Y ahora Bri esta embarazada, ¡que hermoso! :')

    Besos. ❤️

    ResponderEliminar
  2. Hola, soy Gallo. Te preguntarás qué hago acá y cómo llegué. Esencial, mi querido Watson (era esencial u otra palabra? Bueno, pongámosle que si) El tema es que yo,por mi Cloquell hago cualquoer cosa, por mi hija matooo jajaja. Y bueno, acá estoy sintiendome bastante boluda por estar dandole golpecitos a la pantallita del teléfono. Siento si esta lleno de faltas y es el peor comentario del mundo, pero como decis vos, menos da una piedra. Mi abuelo diria que las cosas se hacen bien o no se hacen nada, pero yo no puedo dejar de comentarte este pedazo de capitulo. Y a eso voy ahora, a comentarte.
    Ya te dije por el accidentado wasap que el capitulo me encantó, como siempre, y que los negros estuvimos haciendo palmas XD De verdad, arte puro lo suyo doña.
    Sabía que John comprenderiía, al fin y al cabo, si hay culpa es de los dos. Sabia decisión la suya, de mostrar qué es lo que quiere o lo que le parecería mas conveniente, pero dejando que Bri tenga la última palabra,después de todo es la que mas se complicaría la vida, no?
    Me gusta una cosa de vos (“aaaaaayyy como me gustaaaa“ Perdón, salió una canción cruzada jajaja) te decía que me gusta que en lo que escribes, por más fantasioso que sea, ponés algo de la realidad misma, por ejemplo el tema del aborto. Personalmente no estoy ni a favor ni en contra, me parece que hay que estar en la situación, tener un conocimiento de causa para adoptar una posición. Capaz que sos una antiabortista total y te ves en una situación complicadisima estando embarazada, o sos una defensora acérrima y quedás embarazada y te parece un horror abortar. Qué sé yo, puntos de vista.
    Ahora...YON AI LAVIU!!!! Jajajajajaja qué amor de pibe que es! Ya veré cómo se las arreglan :)

    Una cosa...Greg llorando? Le habrá parecido, ése ser del Maligno es incapaz de semejante demostración. Lo odio mucho, y no quiero que Bri se mueeeraaa! John tiene razón, merece algo mejor! Merece no morirse!
    Y ahora me voy, ha quedado corto esto :(


    ResponderEliminar


  3. P/D1: se me cansaron los dedos, los ojos y la espalda, qué incómodo esto!
    P/D2: tené en cuenta este sacrificio y perdoname los 6 pesos.
    P/D3: me acabo de dar cuenta que puse “escribes“ Ves cómo me pegas cosas? Es ESCRIBÍS!!!
    P/D4: al Maharishi casi lo agarra un perro, buaaa pobrecito!
    P/D5: recordé la foto de Paul...NI OLVIDO NI PERDÓN!
    P/D6: y ahora sí me voy chamaca! Jajajja

    ResponderEliminar

¡Comenta!