El timbre volvió a sonar una vez
más de manera insistente mientras yo miraba hacia la puerta, temerosa y con más
dudas encima de las que jamás había tenido en toda mi vida. Sabía a la
perfección quién era y, pese a que por un aparte tenía unas ganas locas de
verle y echarme a sus brazos para que me diera un abrazo sin pedir
explicaciones; por otra, la firme promesa que me había hecho a mí misma de
contárselo todo, hacía que en aquellos momentos deseara salir corriendo de allí
a toda velocidad con tal de no dar la cara. Pero no. Eso último no era posible:
debía agarrar el toro por los cuernos y decirle a John que estaba embarazada,
tal cual. A fin de cuentas, pensé amargamente, después de haberle dicho que
venía de un tiempo que no era el suyo, el decirle que estaba esperando un hijo
tampoco era para tanto.
Agarré aire de nuevo a la vez que
el timbre de casa sonaba por tercera vez y,
armándome de valor, agarré el pomo de la puerta y la abrí,
-Pensaba que no estabas.-sonrió
John cuando me vio.
Le devolví una sonrisilla
forzada: pese a que me alegraba de verle, no tenía en absoluto ganas de
sonreír.
-Estaba en el baño.-mentí
mientras lo agarraba de la mano y lo hacía entrar en mi apartamento.
Cerramos la puerta tras nosotros
antes de que John me plantara un beso en los labios, dulce. Después, se separó
lentamente de mí, me miró y frunció ligeramente el ceño. Tragué saliva al
entender que algo había notado.
-¿Te ocurre algo,
cariño?-preguntó con suavidad pasándome la mano por la cara.
-¿A mí? ¿Por qué lo dices?
-Aparte de por la carita que
tienes hoy, porque aún estás por cambiar… Simplemente lo preguntaba porque me
extraña eso de ti.
Me quedé mirándolo durante unos
segundos, confusa. Entonces, de repente, lo recordé: hacía un par de días, John
me había prometido que saldríamos a cenar esa noche y yo no me había acordado
para nada. De hecho, tenía tantas cosas en la cabeza que hasta ese preciso
instante tampoco me percaté de que John iba arreglado para salir. Suspiré
incómoda ante aquello.
-Lo siento, Johnny…-mascullé
notando como enrojecía levemente.-Lo había olvidado por completo, perdón.
-Ey, no pasa nada.-dijo esbozando
una sonrisilla tranquilizadora. Aquello me hizo respirar aliviada: al menos no
se me había enfadado.-Hay tiempo de sobra aún.
-Ya, bueno… Iré a arreglarme
pues.
Hice además de separarme de él,
pero John, en el último momento, me agarró de la mano firmemente y me lo
impidió.
-Bri, un segundo.
-¿Qué?-pregunté con un hilillo de
voz.
-A ti te pasa algo.-dijo con
convicción.-Vamos, cariño, dime la verdad.
Le miré a los ojos y suspiré. Su
mirada era sincera, incluso suplicante. Fue entonces cuando supe que había
llegado el momento de decirle aquello que tanto me preocupaba. Tal y como me
había dicho Anna aquella misma mañana, John merecía saber la verdad.
-Está bien…-dije al fin.-¿Te… te
importa que nos perdamos esa cena por hoy? Es que no sé si después de…
-A la mierda la cena, Bri.-me
cortó él ansioso.-Cuéntame lo que me tengas que contar.
-Por supuesto.-suspiré.-Pero
mejor sentémonos… Quiero hablar contigo con calma, John.
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Jueves, 9 de abril de 1987
Londres
Abrí los ojos poco a poco,
sintiendo aún como el dolor se apoderaba de mí aunque, no obstante, parecía ir
remitiendo poco a poco. Apenas recordaba nada de lo que había pasado en los
últimos instantes: sólo aquel intenso dolor que me partía por dentro y, de
repente, nada más. Tal vez, tal y como había aventurado Greg antes, había
pedido el conocimiento.
-Bri, cariño...-dijo John a mi
lado cuando vio que abría los ojos.
Me las arreglé para dedicarle una
media sonrisa. Pese a todo, el hecho de ver que no se había separado ni un
centímetro de mi lado, que seguía ahí pese a todo, me hacía extrañamente feliz.
Él me dedicó una caricia suave en la cara, devolviéndome la sonrisa, una
sonrisa que se me antojaba tristemente amarga.
-Ey, Johnny…-murmuré al cabo de
unos segundos haciendo acopio de todas mis fuerzas.
Aún me estaba recuperando del
último ataque y el hecho de hablar suponía el mayor de los esfuerzos. No
obstante, quería hacerlo: tenía muchas cosas por decir.
-¿Qué ocurre, cariño?
Lo miré a los ojos antes de
hablar.
-Gracias.
John entrecerró los ojos
ligeramente y me lanzó una mirada algo confuso.
-¿Gracias?
-Sí, gracias.-insistí de nuevo.
Agarré aire antes de continuar.-Por todo. Gracias por estar aquí ahora y por
haber estado ahí siempre.
-Bri…-murmuró él. Noté como
apretaba fuertemente la mandíbula: era evidente que estaba haciendo un esfuerzo
monumental por no ponerse a llorar allí mismo.-No tienes por qué agradecerme
nada. Simplemente estoy donde quiero estar: a tu lado.
Al contrario que él, yo no pude
evitar que una lágrima se me escapara cuando escuché todo aquello. Sabía que
estaba siendo sincero y aquello me emocionaba. Nos quedamos mirándonos, con los
ojos clavados el uno en el otro, durante unos instantes, sin decir nada y
diciéndonos todo a la vez. Aquella situación también me dolía, muchísimo; tal
vez fuera la última vez que los dos podíamos mirarnos de ese modo y aquello me
rompía el alma.
-Ojalá pudiera hacer algo,
cualquier cosa… -dijo John de repente.-No te mereces esto, joder.
Desvió la mirada en el último
momento y la fijó contra la pared. No supe a ciencia cierta si estaba llorando
o no. Daba igual: con lágrimas o sin ellas, estaba igualmente destrozado.
-Ya has hecho bastante.-murmuré
agarrándole la mano. Aquel imperceptible gesto hizo que John se volviera de
nuevo hacia mí y me mirara a los ojos.-Ya has hecho más que suficiente
regalándome la mejor vida del mundo a tu lado.
-Tú eres la que me ha regalado
eso, Bri.-murmuró. Después, se agachó y me dio un suave beso en la
frente.-Gracias a ti. Por todo. Sabes que no cambiaría ni un solo segundo de
los que he pasado a tu lado, ¿lo sabes, no?
-Por supuesto que lo sé, Johnny…
Por supuesto que lo sé.
Y los dos nos fundimos en un
triste abrazo que, una vez más, nos hacía entender que los dos éramos casi como
una misma persona.
De fondo, Greg, miraba la escena
en silencio. Por primera vez desde que lo había conocido no había en su cara ni
rastro de su sonrisilla psicótica. Incluso me pareció que estaba llorando.
*******************************************
John y yo nos sentamos en el sofá
de mi pequeño salón en silencio.
-¿Te apetece tomar algo?-pregunté
intentando alargar deliberadamente el momento de decirle la verdad.
-Lo que me apetece es que me
digas lo que me tengas que decir, Bri.-me contestó él, serio.
Le dediqué una mirada cargada de
incomodidad y lancé un suspiro.
-John… Creo que…-balbuceé sin
saber cómo abordar el tema.-Tengo un problema de los grandes. Bueno, tenemos un
problema.
-¿Cómo?-preguntó él
extrañado.-Bri, explícate.
-Veamos…-empecé a decir yo sin
despegar mis ojos de los suyos.-Te lo diré sin rodeos, tal cual es. Verás… Yo…
Me interrumpí en el último
momento para agarrar aire. Decir que estaba aterrada era poco.
-¿Sí?-insistió él empezando a
impacientarse.
Sin saber por qué, rehuí su
mirada antes de contestarle.
-John… Yo… Estoy embarazada.
Dije la última frase de tirón y
en voz baja, tan baja que aquello había sonado más bien como un murmullo
imperceptible. Un silencio sepulcral se hizo entre los dos. Yo, por mi parte,
seguía con la mirada fija en la pared, sin osar siquiera a mirar a John a la
cara después de haberle dicho aquello. A medida que pasaban los segundos y el
silencio entre los dos se acrecentaba, iba poniéndome más nerviosa.
-¿Bri? ¿Qué… qué has dicho?-susurró
John incrédulo de repente.
Apreté la mandíbula fuertemente:
de nuevo, las lágrimas estaban amenazando con salir de nuevo. Por eso, ni
siquiera pude contestar. El contacto de John me sorprendió de pronto cuando me
puso la mano debajo de la barbilla y me obligó con suavidad a volver la cara de
nuevo hacia él. Lo miré. No sonreía, pero tampoco parecía enfadado. Simplemente,
parecía enormemente sorprendido con todo aquello.
-¿Es eso cierto? ¿Estás
segura?-preguntó con suavidad.
Asentí sintiendo como las
lágrimas empezaban a brotar de nuevo de mis ojos. La inseguridad que sentía en
aquellos momentos era tal que me provocaba una inmensa ansiedad.
-Ey, no llores…-susurró
limpiándome las mejillas de la cara con los pulgares.
Aquel gesto, suave y cargado de
cariño, hizo que me serenera en el acto.
-Cuando lo sospeché fui al
ginecólogo para hacerme unos análisis.-le expliqué con un hilillo de voz.-Esta
misma mañana he ido a ver el resultado y… sí, estoy embarazada.
-¿Pero por qué no me habías dicho
nada?
Lancé un suspiro y me encogí de
hombros.
-No lo sé.-contesté.-Bueno, sí lo
sé: tenía miedo. Si te digo la verdad aún sigo muy asustada con todo.
-Joder…-dijo John de repente
abrazándome fuertemente.
Me dejé hacer a la vez que
apoyaba la cara sobre su pecho. Aquel abrazo era tal vez el más reconfortante
que me había dado en todo lo que llevábamos juntos.
-Lo siento…-mascullé de repente.
Nada más dije eso, John se separó
de mí y me miró con seriedad.
-No digas tonterías, Bri.-me dijo
con contundencia.-Tú no tienes por qué sentir nada, esto es cosa de los dos.
Tenía razón, así que decidí no
decir nada más al respecto.
-¿Y ahora qué vamos a
hacer?-pregunté al cabo de unos segundos.
-¿Tú qué es lo que quieres
hacer?-me devolvió John la pregunta.
Me quedé mirándolo durante unos
segundos. Lo cierto era que ni yo misma sabía qué hacer.
- Creo que… Supongo que lo mejor
en estos momentos sería que… abortara.
-No te he preguntado qué es lo
mejor en estos momentos, te he preguntado qué es lo quieres hacer.-me dijo con
suavidad.
-Y yo qué sé…-le contesté con
sinceridad.-No tengo ni idea. Esto es una mierda, joder.
John rodeó mis hombros con su
brazo en un gesto protector. Dejó que me acomodara bien y me dio un beso en el
pelo.
-Mira, Bri…-dijo de repente.-Te
apoyaré en lo que decidas, ¿vale? Si realmente quieres abortar, estaré a tu
lado. Pero… te voy a decir qué es lo que yo haría, ¿de acuerdo?
Levanté la mirada y me encontré
con la suya. Asentí levemente. John me dedicó una media sonrisa antes de
hablar.
-Sé que no nos habíamos planteado
esto ni por asomo y que… bueno, es obvio que no queríamos que pasara.-empezó a
decir.-Pero ha pasado… Nos queremos, cariño. Yo quiero seguir a tu lado y a la
larga supongo que hubiéramos acabado teniendo hijos de todos modos.
-¿Me estás diciendo que…?
-Te estoy diciendo que por mí
adelante.-me aclaró él con una sonrisa.-Pero, obviamente, tú decides.
Me quedé pensando durante unos
segundos, sopesando las dos opciones que tenía ante mí. La temida mala reacción
de John no se había producido y, por tanto, podía pensar con serenidad las
cosas, sin aquella presión que había tenido desde que me había enterado de que
estaba embarazada. Y era entonces, cuando lo pensaba con serenidad, cuando me
daba cuenta de que, por mucho que aquello nos fuera a cambiar la vida, lo que
menos quería hacer era abortar. John tenía razón. Nos queríamos... ¿Qué
problema había? Vale, tal vez de haber elegido nosotros las cosas, nos
hubiéramos esperado un tiempo más, pero si había pasado y, tal como había dicho
John, a la larga íbamos a acabar teniendo hijos… ¿Qué sentido tenía abortar?
Tenía estabilidad en todos los aspectos de mi vida: el dinero no era problema y
tenía una relación más que firme con la persona a la que más quería en el
mundo.
-¿De verdad?-pregunté mirándolo a
los ojos, con una sonrisa esperanzada.
-Jamás en mi vida he hablado tan
en serio.-sonrió él.
No pude contenerme ni un segundo
más y, embargada por la ternura que en aquel momento me invadía, me acerqué
hacia él y le di un beso dulce, tratándole de transmitir así todo lo que sentía
por él.
-¿Eso significa que seguimos adelante
con todo esto?-preguntó cuando me separé de él.
-Así es.-dije notando como me
temblaba la voz.-Atrevámonos a dar este paso.
Nada más pronunciar aquellas
últimas palabras sentí un vértigo inmenso: era la primera vez que tomaba
consciencia de que dentro de mí llevaba un hijo, un hijo de John y mío.
-Joder, voy a ser padre…-murmuró
él. No obstante, lo dijo sonriendo.-¡Esto es increíble!
-Tenemos aún casi ocho meses para
hacernos a la idea los dos. Porque yo… tampoco soy capaz de creérmelo aún.
-Serás la madre más guapa del
mundo, cariño.-sonrió él.-Y yo el padre más patoso e inexperto.
No pude evitar soltar una risita
por lo bajo cuando escuché aquello. Me quedé con las ganas de decirle que él no
iba a ser el único inexperto, pero me callé en el último momento.
-De mucho peores que nosotros hay
que tienen hijos y salen adelante, así que supongo que no seremos tan
desastrosos…
-Espero que no.-rió él.
Después, se volvió de nuevo hacia
mí y se quedó mirándome durante unos segundos, pensativo. Le lancé una mirada
interrogante, animándole a decir lo que le estaba pasando por la mente en
aquellos momentos.
-Oye, Bri…-dijo al fin.-Estaba
pensando que si vamos a ser padres… Creo que deberíamos irnos a vivir juntos
por lo menos.
-¡John!-exclamé esbozando una
sonrisa de oreja a oreja. No me había esperado aquello para nada y… me
apetecía. Mucho.
-¿Qué te parece la idea? ¿Te
apetece venirte a vivir conmigo?
-¿Que qué me parece?-pregunté.-Me
encantaría vivir contigo y pasar la mayor parte del tiempo posible a tu lado.
Y antes incluso de que acabara de
pronunciar aquellas palabras, me vi sumida en un beso largo e intenso. Cerré
los ojos a la vez que hundía mi mano en su pelo, dejándome llevar. Sonreí para
mis adentros al pensar en cómo de increíble era que un día que había empezado
tan mal pudiera haber acabado tan bien. Y todo gracias a él.
En aquellos momentos, dudaba que
alguien pudiera amar a una persona tanto como yo amaba a John.
Y hasta aquí el capi 16. Espero no tardar demasiados días en subir el 17, que será bastante larguito pero ya tengo más o menos ideado. Por cierto, que el 17 será, por así decirlo, el inicio del final, no sé si me explico...
¡Y no digo ya mucho más que me voy rapidito hoy, jejeje. Saludos y hasta el próximo! :)
AW, que tiernos son John y Bri. Me encanta esa parejita. ❤️
ResponderEliminarY ahora Bri esta embarazada, ¡que hermoso! :')
Besos. ❤️
Hola, soy Gallo. Te preguntarás qué hago acá y cómo llegué. Esencial, mi querido Watson (era esencial u otra palabra? Bueno, pongámosle que si) El tema es que yo,por mi Cloquell hago cualquoer cosa, por mi hija matooo jajaja. Y bueno, acá estoy sintiendome bastante boluda por estar dandole golpecitos a la pantallita del teléfono. Siento si esta lleno de faltas y es el peor comentario del mundo, pero como decis vos, menos da una piedra. Mi abuelo diria que las cosas se hacen bien o no se hacen nada, pero yo no puedo dejar de comentarte este pedazo de capitulo. Y a eso voy ahora, a comentarte.
ResponderEliminarYa te dije por el accidentado wasap que el capitulo me encantó, como siempre, y que los negros estuvimos haciendo palmas XD De verdad, arte puro lo suyo doña.
Sabía que John comprenderiía, al fin y al cabo, si hay culpa es de los dos. Sabia decisión la suya, de mostrar qué es lo que quiere o lo que le parecería mas conveniente, pero dejando que Bri tenga la última palabra,después de todo es la que mas se complicaría la vida, no?
Me gusta una cosa de vos (“aaaaaayyy como me gustaaaa“ Perdón, salió una canción cruzada jajaja) te decía que me gusta que en lo que escribes, por más fantasioso que sea, ponés algo de la realidad misma, por ejemplo el tema del aborto. Personalmente no estoy ni a favor ni en contra, me parece que hay que estar en la situación, tener un conocimiento de causa para adoptar una posición. Capaz que sos una antiabortista total y te ves en una situación complicadisima estando embarazada, o sos una defensora acérrima y quedás embarazada y te parece un horror abortar. Qué sé yo, puntos de vista.
Ahora...YON AI LAVIU!!!! Jajajajajaja qué amor de pibe que es! Ya veré cómo se las arreglan :)
Una cosa...Greg llorando? Le habrá parecido, ése ser del Maligno es incapaz de semejante demostración. Lo odio mucho, y no quiero que Bri se mueeeraaa! John tiene razón, merece algo mejor! Merece no morirse!
Y ahora me voy, ha quedado corto esto :(
P/D1: se me cansaron los dedos, los ojos y la espalda, qué incómodo esto!
P/D2: tené en cuenta este sacrificio y perdoname los 6 pesos.
P/D3: me acabo de dar cuenta que puse “escribes“ Ves cómo me pegas cosas? Es ESCRIBÍS!!!
P/D4: al Maharishi casi lo agarra un perro, buaaa pobrecito!
P/D5: recordé la foto de Paul...NI OLVIDO NI PERDÓN!
P/D6: y ahora sí me voy chamaca! Jajajja