jueves, 5 de junio de 2014

DAKOTA Capítulo 8: Esto no puede estar pasando

Nervios, nervios y más nervios. Aquello era lo único que era capaz de sentir aquella mañana, la del famoso día después de haber pillado a Sean con una bolsita de heroína en la mano. Estaba muchísimo más nerviosa que en mi primer día de trabajo y no era para menos por varias razones. En primer lugar, porque el susto del día anterior aún me duraba; y, en segundo lugar y más importante todavía, porque había tomado una decisión: encararme a John y contarle lo que había sucedido. Era plenamente consciente de los riesgos que correría al decírselo. Si no sabía nada de aquella “cajita secreta de mamá”, lo más normal sería que se negara a creerme. Si, por el contrario, estaba enterado de todo aquello, seguramente me enviaría a la mierda por meterme en sus asuntos privados y cuestionar su responsabilidad como padres. En ambos casos el desenlace parecía que iba a ser el mismo: John Lennon montando en cólera y despidiéndome en el acto, aunque, a decir verdad, había pensado decírselo a él porque le temía muchísimo menos que a Yoko.

Pero pese a aquella nefasta posibilidad, no veía el momento de soltar todo aquello que llevaba dentro. Me había pasado toda la noche en vela, reflexionando sobre todo, y había llegado a la conclusión de que debía hacer lo correcto independientemente de mi interés personal. Al fin y al cabo, la seguridad de un niño de cuatro años dependía de aquello y, si le llegaba a pasar algo, jamás sería capaz de perdonármelo si por lo menos no había intentado hablar con sus padres.

-¿Te ocurre algo, Sophie?-preguntó Rosaura de manera repentina.

Me volví y la miré, tratando de articular una falsa sonrisilla tranquilizadora. No obstante, a juzgar por la expresión de la mujer, no funcionó.

-Tienes mala cara esta mañana…-insistió.

-No es nada.-contesté encogiéndome de hombros y volviendo a fijar mi vista en la colada que tenía ante a mí.-Sólo es que he pasado mala noche.

-Si no te encuentras bien deberías irte a…

-No, tranquila. Me encuentro perfectamente.-la interrumpí antes de que acabara de pronunciar su sugerencia.-Por cierto, Rosaura… ¿sabe dónde está John? No lo he visto en toda la mañana y…

Cuando aún no había ni terminado de decir aquello, Rosaura se me quedó mirando con una expresión indescriptible que hizo que me interrumpiera a mí misma. Parecía seria y sorprendida a partes iguales y enseguida supe que había interpretado mal mi pregunta.

-El señor Lennon ha salido.-me contestó secamente, podría decirse que hasta con tono acusador.-Y no se sabe cuándo va a volver.

Hubo unos instantes de incómodo silencio entre las dos. Era obvio que Rosaura estaba pensando cosas que no venían al caso, pero perfectamente sospechables teniendo en cuenta que más de una vez nos había visto a John y a mí hablando distendidamente cuando en teoría yo lo tenía terminantemente prohibido. Por mi parte, el simple hecho de saber que mi superior estaba pensando en esos momentos que estaba liada con el jefe, me daba tantísima vergüenza que no sabía ni qué decir.

-Es que…-conseguí articular por fin, titubeante.-Sólo quería comentarle una cosa que…

-No es necesario que le digas nada a él.-me cortó.-Si necesitas algo o le quieres comentar algo, dímelo a mí y yo se lo transmitiré a los señores.

-Pero…

-No hay peros que valgan. ¿Qué era eso que le querías decir?

Volví a mirarla de nuevo a los ojos, fijamente. Por unos instantes incluso llegué a valorar la posibilidad de contárselo todo a Rosaura pero, en el último momento, me eché para atrás, en parte por cobardía y en parte porque no estaba segura si ella sería capaz de “transmitirles a los señores” lo que yo quería decirles.

-Nada.-mascullé al fin.-Sólo era una tontería.

-Pues más vale no molestarle con tonterías.-dijo Rosaura dando por zanjada la conversación.-Ven a la cocina cuando acabes con esto. Allí te diré que es lo que has de hacer a continuación.

Y dicho esto, se dio medio vuelta y se fue, dejándome allí sola con mi enorme confusión mental. Di un suspiro resignado. Tenía la sensación de que se me presentaba un día bastante duro.

**************************************

Me pasé el resto del día pululando por la casa e intentando hacer lo mejor que podía lo que me había mandado Rosaura, aunque no fue fácil. ¿Quién coño es capaz de preocuparse por limpiar bien los retretes cuando se supone que hay un niño en la casa con riesgo de sobredosis de heroína? Vale, dicho así suena un poco bestia, pero la pura verdad.

Pese a que estuve pendiente al más mínimo movimiento que había en el piso, no hubo ni rastro de John en todo el día. El tío parecía haberse evaporado, cosa muy rara en él, que se solía pasar más horas en casa que el sofá del salón. Además, yo tampoco osaba a preguntarle nada más a Rosaura por temor a que pudiera pensar aún más mal si cabía de lo que lo estaba haciendo.

Cuando estaba a punto de acabar mi trabajo por ese día, escuché el ruido de la puerta al abrirse. Casi como si tuviera un muelle en el culo, dejé lo que estaba haciendo en la cocina y me apresuré a asomar la cabeza por la puerta para ver si por fin había llegado John o no, eso sí, lo más disimuladamente posible. Pero no, no era John. Era Yoko quien, por cierto, se apresuró a lanzarme una mirada reprobatoria que hablaba por sí sola: “¿Qué mierdas haces ahí plantada mirando en lugar de estar trabajando?”. Si en algún momento había albergado el pensamiento de hablar con ella sobre el asunto que tenía en mente, aquel gesto me valió para disuadirme por completo, así que, sin decir nada, volví a mis tareas con la cabeza gacha como si fuera un siervo al que su señor le acaba de pillar intentando escapar del feudo.

Acabé mi jornada laboral media hora después y me largué enseguida de allí tras haberme despedido escuetamente de Rosaura. No me volví a cruzar con Yoko. Mucho mejor para mí. Después, me dirigí hacia la estación del metro con paso rápido y, como ese día la suerte parecía haberse olvidado de mi existencia, se puso a llover torrencialmente cuando estaba a medio camino todavía. Obviamente, no llevaba paraguas. Empapada como si me hubiera recorrido la bahía a nado, entré por fin en la estación y, por culpa las prisas y mis zapatillas empapadas, me pegué un soberano resbalón que me hizo darme de bruces contra el suelo. Ni siquiera la viejecita que iba caminando a mi lado se volvió para mirarme; de hecho, tenía más posibilidades de que me pasaran por encima los que venían detrás de mí que de que alguien me ayudara a levantarme o me preguntara si me había hecho daño, así que me apresuré a levantarme lo más deprisa que pude antes de morir pisoteada por una marabunta de neoyorquinos con prisa. ¡Ay, Nueva York! ¡Qué bonita ciudad donde todo el mundo se preocupa de todo el mundo!

Afortunadamente, conseguí subirme al metro y llegar a mi estación sin que descarrilara ni nada por el estilo, cosa que no hubiera sido rara en absoluto viendo la suerte que estaba teniendo yo ese día. Cuando salí a la calle nuevamente, seguía lloviendo. Miré con envidia a los que tenían un paraguas o se subían a un taxi para llegar a sus destinos. Yo, como era pobre y no llevaba más que un dólar y medio encima, tuve que caminar durante el cuarto de hora que separaba la estación de metro de mi casa bajo una lluvia insistente y fría. Tal vez tendría que ir pensando en comprarme un par de cajas de aspirinas…

Llegué a casa empapada teniendo hasta las bragas empapadas (sé que queda un poco soez decirlo así, pero no cuento ninguna mentira). Además, aparte de agua, llevaba un cabreo monumental encima por mi mierda de día. Por eso, cuando abrí la puerta y escuché las voces de Sven y de alguien más en el comedor no pude menos que articular una mueca de fastidio. Lo último que me apetecía era tener que entablar alguna conversación con algún colega chungo de mi amigo, así que, con disimulo me encaminé hacia la habitación con la intención de meterme allí dentro y no salir hasta el día siguiente.

-¡Sophie! ¡Has llegado!

Maldiciendo lo inmaldecible porque Sven me había pillado paré en seco justo delante de la puerta del comedor.

-Ahora no puedo, Sven.-mascullé de mala gana sin mirarle y sin importarme si estaba siendo o no maleducada con su acompañante.-Estoy toda mojada, he tenido un día de mierda y lo único que quiero es dormir, así que adiós.

-Ehhh… Creo que eso no va a ser tan fácil. Soph, ¿por qué no miras quién ha venido a visitarnos?

Poniendo aún peor cara de la que tenía y esperando encontrarme allí a la pesada de mi madre, me volví a mirar tal y como me había pedido Sven. Inmediatamente, cambié mi cara de rottweiler enfadado por una de sorpresa absoluta. Y es que allí, sentado en mi sofá, estaba el desaparecido: John Lennon.

-Hola, Sophie.-me saludó. No se me escapó que tenía la cara congestionada y que hablaba ligeramente enredado.

-Ho… hola.-tartamudeé yo, flipando todavía en colores.-¿Pero qué haces aquí?

-He salido a dar una fuelta esta bañana y ahodra no sabía adónde ir, así que me he freguntado: ¿bor gué  no vas a ver a tu querida empleada Sophie?

-¡Joder! ¿Estás borracho?-casi grité yo intentando asimilarlo todo.

-Sólo un boco, bero dranquila, gue yo condrolo.

-¡Sven! ¿Qué le has dado?

-¡Yo no le he dado nada!-se apresuró a contestar mi amigo.-Ya ha venido así.

-Soh… Borgue puedo llamarte Soph, ¿no?-nos interrumpió John.-Tu amigo es un tío de buta madre.

Como si de colegas de toda la vida se trataran, John le dio una palmadita en el brazo a Sven mientras soltaba una risita.

-Ehhh… John… Yo no es por ser maleducada, pero… ¿cómo sabías dónde vivía?

-Un guefe sabe todo de sus empleados, Soph…-dijo esbozando una sonrisilla que aún hacía más evidente la cogorza que llevaba encima.

-¿Y a qué se debe la visita?

Nada más pregunté aquello, borró su sonrisa de la cara.

-No quiero folfer a casa.

-¿Eh?

John abrió su boca para contestar. No obstante, la cerró inmediatamente a la vez que le entraba una potente arcada.

-¡Eh, colega, ni de coña!-exclamó Sven a su lado agarrándolo y levantándolo como un muñeco.-¡En el comedor no se pota! ¡Reglas de la casa!

Me aparté justo a tiempo para que Sven y John no me arrollaran en su carrera hacia el baño. Al cabo de unos segundos, escuché a mi jefe vomitar. Afortunadamente, había llegado a tiempo.

Creo que aquella era la situación más surrealista con la que había lidiado en toda mi vida.

*************************************

Era cerca de la medianoche y John ya hacía mucho que había dejado de estar pedo. Después de haber vomitado hasta las papillas de cuando era bebé, se había quedado dormido como un tronco en el sofá mientras Sven y yo lo mirábamos alucinando y sin saber muy bien qué estaba haciendo allí. Se despertó unas tres horas después y, aunque tenía cara de muerto viviente, no había señales ya de borrachera. Fue entonces cuando, podría decirse que un poco avergonzado por el espectáculo que sabía que nos había ofrecido hacía un rato, empezó a hablar. Fue entonces cuando supimos, por fin, por qué puñetas había acabado en nuestra mierda de apartamento borracho como una cuba.

-Esta madrugada pasada he tenido una bronca monumental con Yoko.-empezó a decir después de haberse disculpado por lo de antes repetidas veces.-Tanto que he acabado largándome de casa esta mañana. Sólo quería estar solo y pensar.

Me quedé unos instantes en silencio. Pese a que me moría de curiosidad por saber qué había pasado, sabía que no podía preguntárselo así como así. Pero al parecer, Sven no pensó lo mismo.

-¿Qué ha pasado?-quiso saber con descaro.

Le di un codazo, aunque él ni se inmutó. O sea, acababa de conocer a John Lennon (a John Lennon ni más ni menos) y ya estaba tomándose esas confianzas con él. Al parecer pensaba que por haberle aguantado mientras vomitaba le daba derecho a saber ciertas cosas. Tal vez incluso tuviera razón.

-Bueno… Es una larga historia.-suspiró John. Sorprendentemente, no parecía molesto por la pregunta de Sven. Más bien, parecía hasta agradecido por tener la oportunidad de soltar todo eso que llevaba dentro.-Hace años, cuando nos conocimos, nos enganchamos a la heroína como dos imbéciles. Nos metíamos caballo a todas horas y nos pasábamos todo el puto día colocados… Creedme, fue una época de mierda.

No pude evitar lanzarle una mirada suspicaz a Sven cuando lo escuché hablar de heroína: de aquello precisamente quería hablarle y él ahora sacaba el tema. No me sorprendió ver que mi amigo, casi a la vez, me miró de la misma manera que yo a él. Era evidente que los estábamos pensando lo mismo.

-Pues bueno…-siguió John ignorando nuestros gestos.-Lo dejamos. Lo dejamos los dos juntos y aquello creo que aún fue más mierda que estar metiéndose caballo todo el día. Fue durísimo, pero lo conseguimos. Nos prometimos que jamás volveríamos a meternos esa mierda después de todo eso. Y ahora…

-Has sabido que Yoko tiene heroína en casa.-terminé yo la frase por él.

-Sí. ¿Cómo lo has sabido?

-Tampoco hace falta ser muy largo de miras para saber cuál sería el final de esta historia.-intervino Sven en un fallido intento por disimular.

-No, no hace falta ser muy listo para averiguarlo.-convine yo. No obstante, me quedé en silencio durante unos segundos. Había estado esperando todo el día para eso y ahora se me presentaba el momento ideal, en bandeja. Debía decirlo, pasara lo que pasara, así que, después de agarrar aire, añadí:-Pero aparte de eso también lo he sabido porque ayer yo vi una bolsita de heroína en tu casa.

John se me quedó mirando con la boca abierta de manera literal.

-¿Tú lo sabías?

-Me enteré ayer. Quería decírtelo pero ya no te vi más…-mentí. Tampoco era necesario que nos pasáramos con la sinceridad y que se enterara que había tenido guardado eso en el bolsillo durante toda la tarde mientras trabajaba delante de él, ¿no?-No es que me quisiera inmiscuir con lo que os metéis o no, pero con Sean en casa… Nunca se sabe lo que un niño puede encontrar.

Omití el detalle de que Sean había tenido en la mano aquella mierda: ya veía a John bastante hecho polvo en aquellos momentos y no era plan de hundirlo más en la miseria.

-Es verdad… Si Sean lo llega a… Joder.

John escondió la cara entre sus manos y permaneció inmóvil durante unos segundos hasta que empezó a dar pequeños sollozos. Miré a Sven con cara de confusión. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora con mi jefe llorando delante de mí? ¿Comportarme como una colega? ¿Hacer como si nada raro pasara? Afortunadamente, el caradura de mi amigo me salió al paso. La verdad es que me dejó aún más flipando de lo que estaba cuando se levantó de la silla que estaba ocupando a mi lado con solemnidad y se sentó al lado de John.

-No te preocupes, amigo.-le dijo dándole unas palmaditas en la espalda. Cualquiera diría que lo conocía desde que era un niño.-Los hombres también lloran.

Nada más escuchar aquello, John levantó la cabeza y se lo quedó mirando alucinado con los ojos ligeramente rojos. Al cabo de unos segundos esbozó una sonrisilla sin demasiadas ganas. Suspiré aliviada. Sven y el tornillo que tenía suelto en la cabeza a veces eran capaces de hacer olvidar sus penas a cualquiera.

-Por supuesto que lloran.-dijo al fin con la media sonrisa aún dibujada en la cara.

-Claro.-confirmó Sven con seriedad.-Así que no te cortes, tío. Llora, llora con ganas.

-Es que… Ahora se me han ido las ganas de llorar.-contestó John con una expresión indescriptible que oscilaba entre el llanto y la risa.

-No seas tímido. Sophie y yo somos personas muy comprensivas…

-Eso ya lo sé.

-Pues llora, hombre, llora todo lo que tengas que llorar. ¡Saca todo lo que llevas dentro!

-Sven…-intervine yo.-Si el hombre ya no tiene ganas de llorar, no es necesario que lo obligues, ¿lo entiendes?

La cara de decepción que puso Sven fue tal que John, en lugar de llorar, lanzó una pequeña carcajada. No miento si digo que aquel sonido me supo a gloria después de la tensión que había supuesto verlo llorar.

-Ey, chicos.-dijo John de pronto cuando acabó de reír.-En serio, os agradezco mucho todo esto.

-No hay de qué.-respondí.

-Los amigos de verdad estamos para eso.

-Sven, hace sólo cuatro horas que conoces a John.

-Pero hemos congeniado muy bien, ¿a qué sí, Lennon?

-Oh, sí, por supuesto.-contestó John haciendo un monumental esfuerzo por no ponerse a reír de nuevo allí mismo.-Hemos congeniado mucho.

-¿Ves cómo somos colegas, Sophie la Rancia?

No pude evitar poner los ojos en blanco. A veces me daban ganas de asfixiar a mi amigo y ése era uno de esos momentos.

-Ahora de verdad.-continuó John.-Gracias por aguantarme y por… hacerme de confidentes.

-No sale de aquí, tranquilo. Los amigos…

-Sí, sí, estáis para eso, ya lo sé.-sonrió John.-Pero pese a que estéis para eso, no quiero abusar más de vuestra confianza, así que creo que es hora de que me vaya marchando, no quiero molestar más.

-¡No molestas!- exclamó Sven.-Si quieres, puedes quedarte a pasar la noche aquí…

-Es cierto.-convine yo de acuerdo con mi amigo.-Es casi la una de la madrugada… ¿adónde vas a ir ahora? Tenemos sitio, no es el Dakota, pero bueno… Y mañana por la mañana si quieres ya te vas.

-Los filósofos siempre habláis tan bien…

-Sven, cierra tu bocaza.

-Bueno, no sé… No quiero molestar y…

-Ya te ha dicho Sven que no molestas y yo también… Pero bueno, haz lo que quieras.-sonreí.

John dudó durante unos segundos hasta que al final, esbozó una media sonrisilla.

-De acuerdo, está bien.-dijo al fin.-Te debo una, empleada.

-Tranquilo, jefe.-le devolví la sonrisa.-Si quieres puedes quedarte en la habitación del fondo, hay una cama plegable que parece que no, pero es bastante cómoda.

-Donde me digáis.

Nos pusimos en pie, como si de repente todos hubiéramos entendido que era hora de irse a dormir después de un día cargado de emociones, demasiado cargado quizá, y nos encaminamos hacia afuera del comedor. Entonces, de repente, John fijó su vista en el suelo.

-Oye… Tenéis un papel o algo que se os ha caído y está a punto de meterse debajo del aparador.

Antes incluso de que acabara de decir esto, ya se estaba agachando para recoger aquello. Aún no era consciente de hasta qué punto aquella inocente acción iba a cambiarnos la vida por completo. John se levantó de nuevo e hizo ademán de tenderme aquello que había agarrado del suelo. No obstante, en el último momento, lo miró fugazmente y congeló su acción. Lo miré extrañada: de repente se había puesto lívido, blanco como la cera. No pude evitar fijar mi vista en el papelito, intrigada. Entonces yo también torcí el gesto cuando comprobé que no era ningún papel: era la foto que días antes había traído mi madre y que yo hasta ese momento me había negado a mirar. Era la foto de mi supuesto padre, una foto que creía que Sven había escondido. Pero no, sólo había caído al suelo y John la acababa de encontrar.

-¿Qué es esto?-preguntó John extrañamente serio, con un hilillo de voz.

-No es nada.-mascullé yo alargando la mano para quitarle la foto de la mano. Lo único que quería en aquellos momentos era deshacerme de aquello cuanto antes.-Trae, por favor.

Sorprendentemente, John apartó su mano impidiéndome hacerme con la foto. Le lancé una mirada confusa. No entendía su actitud. No entendía por qué se había puesto así de repente.

-Insisto.-continuó en tono glacial clavando sus ojos en los míos.-¿Qué es esto?

-Es una foto que le trajo su madre hace un par de días.-aclaró Sven, quien también estaba mirando atónito a John.

-¿Tu madre?-me preguntó John.

-Sí, mi madre.

-Es una historia un poco estrambótica.-intervino Sven soltando una carcajada forzada, evidentemente con la intención de rebajar la tensión.-Hace poco Sophie se enteró de que no era hija del que pensaba que era su padre. Al parecer el hombre no… no funciona muy bien en estos asuntos y…

-Sven….mascullé entre dientes lanzándole una mirada asesina.

-…su madre se lió con un marinero y de ahí nació Soph.-siguió ignorándome por completo.

-¡SVEN!

-Oh, tranquila, Soph… Has de empezar a asimilarlo ya. El señor de la foto es tu padre y…

-¿TU PADRE?-gritó John de repente mirándome con los ojos muy abiertos.


-Sí, mi padre.-contesté enfadada con Sven por haber aireado mis secretos y con él por el grito que no sabía a qué venía.-Y hasta ahora ni siquiera había querido mirar su cara, así que te agradecería que me dieras esa foto porque tengo la intención de deshacerme de ella ya mismo.

-Y una mierda.

La respuesta de John me dejó petrificada. Aquello ya era el colmo. ¿Quién se había creído que era?

-Oye, John, no quiero ser maleducada contigo, pero si no me das la foto, te aseguro que…

-Sophie.-me interrumpió serio mostrándome la foto.-ÉSTE ES MI JODIDO PADRE.

Mi mandíbula se descolgó nada más escuché aquello. De hecho, tenía la sensación que del shock, hasta el corazón me había dejado de latir.

-¿Q… q… qué?-tartamudeé cuando pude articular palabra. Mi voz sonaba como un murmullo casi imperceptible.

-Que esto no tiene ni puta gracia.-contestó enfadado.-Me largo de aquí.

Y sin más, salió del comedor hecho una furia ante nuestras miradas atónitas. Oímos el portazo de la puerta del apartamento unos segundos después, tan fuerte que retumbó por toda la casa.

-Soph…-dijo Sven al cabo de unos segundos.-Si ése es tu padre y también es el padre de Lennon… ¿eso significa que…?

Tragué saliva antes de contestar.

-Significa que soy hermana de mi jefe.-susurré sin dar crédito a mis propias palabras.-Oh, mierda.








 Hola, hola, holaaa!!! Qué? Sorprendo a alguien con el final del capi? Jajaja. Ya había dicho que éste iba a ser importante... jeje. En fin, no tengo mucho tiempo para deciros demasiado, que voy a las carreras, pero que muchas, muchas gracias como siempre por estar ahí y leer y comentar siempre :D Nos vemos en el próximo!
Besotes, gente! Mua muaaaaaaa!

7 comentarios:

  1. O.O Vale la pena esperar!!! Tus capitulos son geniales!! ¡¡¡Nooo, John y Sophie hermanos... me mueeeero!!
    Que John lo acepte, en vez de darle un abrazo o preguntar por su madre o algo del pasado decide irse dando un portazo, osea ¡¡alegrate jefe!!

    ResponderEliminar
  2. Noooo Te Juro que no lo puedo creer madre me dejaste sin habla , John y Sophie Hermanos dios mio eso es genial , y mori como sucedio todo , Me Saco el sombrero y te aplaudo sos una genia escribiendo , Sophie tienes a Johnny de hermano es genial como Johnny dejando a la escoba , por cierto te extrañe y tengo muchas cosas para contarte :) te mando un abrazo y besote enorme de oso :) ♥♥♥♥♥♥♥♥

    ResponderEliminar
  3. QUE QUÉ!??
    OH POR DIOS Y YO PENSANDO QUE IBA A HABER UNA RELACION AMOROSA ENTRE SOPH Y JOHN Y FIJANTE QUE AHORA ME VIENES CON QUE SON HERMANOS!

    En serio me dejaste petrificada, me dejaste hiper mega wow, si, entiendo a John, pero supongo que Soph y John tienen algo más en común no? digo, John también odia a su padre... y .. ah sabes que me dejaste como en shock? no se que decir... solo te diré que eres una GENIA en la escritura, eres lo más y espero con ansias el próximo :3
    Bye

    ResponderEliminar
  4. OMFG tal como dice el título...

    Esto no puede estar pasando, ¡la verdad es que sí! por lo menos a mi me dejaste más que sorprendida, me comieron la lengua los ratones, y todo lo demás, WOW... empezando por la parte en que John aparece en el departamento borracho, ya que en ese momento ya estaba chillando de emoción, luego cuando se pone a botar sus sobras por el baño de los chicos XD hasta la foto... ¡LA FOTO! ¿HERMANOS? dios, Lennon mio, esto es mucho para mi jajaajajajaj demasiada intriga por saber que ocurre, ¡más encima se va enojado muy el lindo! pero bueno, de todas maneras, se entiende jajajajaa

    AMÉ EL CAPÍTULO♥ espero no nos dejes esperando mucho tiempo por mas :( porque enserio, estoy IMPACTADA jajajaja ¡buenisimo!

    ¡besos cuídate mucho! ♥

    ResponderEliminar
  5. Pero…pero…pero ehto qué coño eh????
    CRISTINAAAAAA OTRA VEZ LO HICISTE! Decime qué suplemento vitamínico te tomás para tener tanta genialidad encima y escribir así!!! Naaa te pasaste, te superaste una vez más, im-pre-sio-nan-te capitulo, un lujo! (Bueno, ya te pusiste colorada? Porque tengo para seguir toda la tarde jeje)
    Como ves, al fin llego, estuve bastante ocupada y eso para mí es mortal porque cuando te leo, y más con estos capi-bomba, me gusta comentar al toque, lo cual no sé si es lo mejor porque los comentarios me salen peor porque son puros AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH Bueno, ahora también lo es y eso que pasaron dos o tres días, pero ya sabés que soy así, exagerada. Aunque no exageré con los halagos, en eso nunca, al contrario, me quedo corta porque fue…GENIALIDAD TOTAL. A ver, yo ya tenía más o menos la idea (jeje) (jeje) (jejejejejejeje) pero no sabía que iba a ser en ESTE capitulo y ASÍ. Pensé que sería en el próximo o por ahí, y no sé, que iba a aparecer la madre y le diría a Sophie, lo cual le cagaría aún más la vida porque tendría que decirle ella misma a John y…La verdad, mejor que se hayan enterado así, los dos a la vez. Y John, vamos hombre, que la piba no tiene la culpa, tampoco te vayas así, es tu sister, y no te extrañes taaaanto, que vos sabés bien cómo era tu padre, así que no tiene que ser raro que te aparezcan hermanos por ahí. (En este momento, Gallo escucha el timbre, abre, y es un pibito que le dice que es su hermano. Gallo se suicida.)
    (Gallo regresa de la muerte para seguir comentando).
    Como decía, no se extrañen XDDD

    ResponderEliminar
  6. Pero bien, me descontrolé y no empecé por el principio. Rosaura, buena mujer, por favor, deje de pensar cosas raras, ¿no ve que está pensando en un incesto? Ah, que aún no sabe la verdad verdadera, bueno, cuando lo sepa se va a arrepentir de pensar algo raro entre Sophie y THE BOSS.
    La re mala suerte tiene esta chica, porque encima que le pasan todas, de encontrar al nene (a partir de ahora, llamado “El sobrino”) con la heroína en la mano, de no poder dormir por la certeza de que perderá el trabajo, de no saber cómo hablar del tema, viene Rosaura y piensa cualquier cosa de ella. Ese lugar es un lugar insalubre para trabajar, por lo tanto, deben pagar el doble.
    Y es claro que con Yoko no hablará (a partir de ahora, llamada “La cuñada”. Auch, encima de tener cuñada, que ya es un dolor de ovarios, que tu cuñada sea Yoko…algo de suicidio ya dije, ¿no? Porque la propuesta sigue en pie).
    Debo decir que, aparte de atragantarme con el café, me reí muuuuuchisimo con John ahí borracho. Primero, Sophie re harta de todo, encima toda mojada hasta las bragas (pensé mal, lo siento, es más fuerte que yo jajaja), con golpes por la caída en el subte, abre la puerta y escucha que hay visitas. NO a las visitas inoportunas. Pero claro, ¿quién era? ¡Su hermano! Ah, no que aún no es el hermano…Bueno, ¡el jefe! Y peor ¡el jefe borracho! Convengamos que es un WTF? gigante. Y qué borrachera, podríamos agregar. Porque el tipo como que ni sabe ya dónde está, salvo que está con su amigo del alma, el Sven, que cada día me cae mejor el hijo de puta. Es algo tan surrealista que ni Dalí se lo hubiera imaginado con muchos porros, vino, y esnifando óleos y acuarelas encima. Por cierto, ¿cómo lo imaginaste vos? No quiero saberlo jajaja.
    Bueno, todo muy lindo, tu jefe borracho en tu casa, haciendo buenas migas con tu “alquilador” hasta podría decirse que es la situación ideal para dejar de lado el capitalismo y ponerte en pedo vos también con el jefe, que total, aguante el amor entre los proletariados y la patronal. Pero no, John tiene que vomitar y ya te caga todo el clima de jarana, y después, como todo borracho, se pone sentimental. Y encima Sven lo ayuda, metiéndose y preguntando. Lo bueno de todo esto es que…John se lleva mal con Yoko jujuju. Ah no, lo bueno era que ya se enteró que el nene puede encontrar eso y que está en peligro, así que Sophie se sacó un peso de encima. Y se ganó mil kilos de peso más, con la PUUUUUUTA foto en el suelo. ¿Nadie pudo guardarla? ¿Por qué tanta inutilidad? Y bueno, ahora lo saben, son hermanitos, y eso, viendo como son los dos, no sé si es bueno o malo jajajjaa.
    Los hermanos sean unidos,
    Porque esa es la ley primera
    Tengan unión verdadera
    En cualquier tiempo que sea
    Porque si entre ellos pelean
    Los devoran los de afuera.

    Ahí te dejo un cacho de literatura argentina que repito cada vez que alguien dice algo sobre hermanos jajaja.
    Y bueno, me voy despidiendo, diciéndote que esta vez estoy más que desesperada por el próximo capitulo, dale, no te hagas la loca y escribí rápido.






    P/D1: Hola!
    P/D2: Retrasada mental la primera post-data jajjaa
    P/D3: En serio, te pasaste por mucho. Alto impacto para todos fue esto.
    P/D4: Maharishi anda herido otra vez, sus detractores no lo dejan en paz, se le hace imposible la prédica XD
    P/D5: Como líder de mi banda…mi banda…bueno, ya le buscaré nombre, te nombro co-líder, que no sé si eso existe pero me da igual.
    P/D6: Cloquell la preparada.

    ResponderEliminar
  7. ¡Lo sabía, lo sabía! En este momento estoy dando brinquitos de alegría, desde que comenzó el asuntillo del padre desconocido supe que eran hermanos, estoy que no quepo de la emoción(Lo se, es exagerado tanta emoción, pero tus capítulos provocan eso en mí), ahora solo falta ver como lo tomará John, que por lo visto se encuentra más que enfadado y con la idea de que todo ello es para aprovecharse de su fama.
    Por mi parte esperaré el próximo capítulo con ansias.
    Saludos desde aquí.
    Alejandrina

    ResponderEliminar

¡Comenta!