domingo, 15 de septiembre de 2013

VUELO 937 Capítulo 6

Pese a que al principio me había costado horrores hacerme a la idea de vivir en una época tan distinta a la mía, mentiría si dijera que no pasé uno de los mejores veranos de mi vida aquellos meses del 67. Parecía mentira que en tan poco tiempo me hubiera integrado en ese mundo y que, además, estuviera disfrutando con ello. Tal vez, la principal culpable de eso había sido Anna, quien se había encargado de meterme de lleno en su círculo de amistades con las que, por cierto, había llegado a congeniar bastante bien. Y es que, pese a que en ese grupito de personas estuviesen cuatro de los tipos más famosos del mundo en esos momentos, lo cierto era que me sentía realmente cómoda entre ellos. A fin de cuentas, eran chicos normales, casi todos rondando mi edad, abiertos y con ese sentido del humor norteño con el que me había familiarizado años antes durante mis meses de Erasmus en Liverpool y que tanto me gustaba. Por fin empezaba a conocerlos a todos bastante bien, incluso a Paul, al último al que me habían presentado, y a su novia, Rachel, una chica bastante bonita y buena gente que parecía pegarse a Anna y a mí cada vez que nos juntábamos con los chicos.

No obstante, lo más gracioso de todo era que ahora todo el mundo me llamaba “Bri”. Nadie, ni siquiera Anna, me llamaba ya por mi nombre completo. Al parecer, la insistencia de Lennon por llamarme así se les había contagiado aunque, para qué mentir, aquello no me molestaba en absoluto. Tal vez unos meses antes le hubiera cortado las piernas a quien hubiera osado llamarme Bri, pero, sin saber muy bien por qué, me había acostumbrado a aquello. Tanto me había acostumbrado que incluso había empezado a gustarme aquel diminutivo, más incluso que mi propio nombre, que en esos momentos se me antojaba tremendamente largo y enfarragoso.

Aquel sábado por la mañana de finales de agosto había sido de locos en la tienda. Parecía que todo el mundo se hubiera puesto de acuerdo en venir a comprar el mismo día y, por eso, Anna y yo no habíamos tenido prácticamente ni un minuto de descanso desde que habíamos abierto. Quizá por eso, cuando el último cliente rezagado se fue de allí, nos apresuramos a recogerlo todo, contentas.

-Menuda mañanita que hemos tenido…-dije mientras revisaba los probadores.-Menos mal que esta tarde libramos.

-No me hables del jaleo que hemos llevado.-me respondió Anna lanzando un resoplido.-Fíjate que llevo queriéndote decir una cosa toda la mañana y aún no he tenido tiempo ni a hacerlo.

-¿Una cosa? ¿A mí?-me extrañé.

-Sí, Bri, a ti.-dijo Anna esbozando una sonrisa.-Son los chicos. Dicen que si nos apetece salir esta noche. Van a no sé qué club de esos a los que van ellos y quieren que nos unamos a la fiesta.

-¿Ellos invitándonos a salir a un club? ¿No tienen miedo de que les espantemos a los ligues?-reí yo haciendo alusión a una de las bromas que frecuentemente nos hacían ellos.

-Esos no ligan ni… Bueno, sí, sí que ligan.-masculló Anna haciendo que yo prorrumpiera en una carcajada.-Pero bueno, la cuestión es que nos invitan por esta noche. ¿Nos apuntamos? Ah, y por si te interesa saberlo John también viene.

Le lancé una mirada asesina a Anna. Desde que habíamos aparecido John y yo en su casa aquella vez que había estado enferma, no había parado de hacerme insinuaciones de aquel tipo.

-¿Y qué pinta John en todo esto?

-No sé, Bri… Yo sólo te he dado un dato.-rió sacándome la lengua.

-Porque te aprecio, porque si no te mandaba a la mierda.-le contesté intentando parecer seria sin éxito, cosa que hizo que Anna aún aumentara más el volumen de sus risas. Ya me había acostumbrado a sus piques y en realidad, no sabía por qué, me hacían gracia. Tal vez porque, aunque aún no quisiera reconocerlo, algo de razón tenía.

-Vale, bien, no me mandes a la mierda… ¿Y qué? ¿Nos apuntamos al plan?

-Qué preguntas haces, Anna…-suspiré a la vez que negaba con la cabeza en un gesto cómico.-¡Pues claro!

-No sé por qué pero sabía que me contestarías esto.-contestó ella divertida.-Bueno, sí, sí lo sé: porque te gusta más la fiesta que a mí.

-No hay que perder oportunidades de pasarlo bien, ¿no?-sonreí.-Venga, vamos, dime cómo quedamos para esta noche.

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Jueves, 9 de abril de 1987
Londres


-¿Pero qué te pasa, mamá?-preguntó por enésima vez Alex con los ojos empapados en lágrimas.-¿Qué es lo que te pasa?

Suspiré y lo abracé aún más fuerte contra mí, como cuando era pequeño y lloraba por cualquier cosa banal.

-Es muy complicado de explicar, hijo.-dije al fin con un hilo de voz.-Pero…

-Pero podrías morirte.

-Deja de decir eso de una maldita vez, Alexander.-intervino de repente John, enfadado.

-El hecho de que no lo digamos no significa que el problema vaya a desaparecer, John.-le reprendí. Pese a que sabía que estaba al borde de un ataque de nervios, no iba a permitirle que le levantara la voz a nuestro hijo. No en un momento como aquel.

-Lo siento.-se apresuró a disculparse.-No quería…

-Tranquilo, no es nada.-le contesté dedicándole una mirada profunda.

Durante unos instantes que se me hicieron eternos sólo se escucharon los sollozos casi silenciosos de Alex. Yo simplemente me dediqué a acariciarle el pelo, cariñosa, intentando tranquilizarle.

-¿Por qué no me queréis decir lo que te pasa?-preguntó el chico de repente levantando la mirada y clavándonos sus ojos llorosos, primero a mí, después a su padre.-Papá, por favor, dímelo tú.

Me quedé mirando a John, asustada. Alex sabía muy bien que a su padre era más fácil sonsacarle las cosas, por eso se lo había pedido a él directamente. No obstante, yo no estaba dispuesta a que John le contara la verdad. Eso era una locura y Alex jamás lo entendería. Era mejor así, que el chico fuera consciente de lo que podía ocurrir, pero sin ahondar en más detalles.

-Alex, escucha…-contestó John al cabo de unos segundos a la vez que me lanzaba una mirada furtiva de reojo.-Creo que… Como ha dicho mamá es muy difícil de explicar, pero… Te agradeceríamos que no les dijeras nada a tus hermanos sobre esto.

Apenas pude contener un suspiro de puro alivio. No obstante, aquel alivio pronto se convirtió en una tristeza aún mayor de la que tenía cuando volví de nuevo la vista hacia nuestro hijo y vi su expresión: ahora, más que triste y desesperado, parecía furioso, dolido.

-¿Tú tampoco me lo vas a decir?-casi gritó poniéndose en pie de un salto.-¡¿Por qué siempre me ocultáis las cosas?! ¡¿Por qué, joder?! ¡¿Acaso no tengo derecho a saber lo que le pasa a mi madre?!

-Alex, hijo, no te pongas…-empecé a decir.

-¡Sí, mamá, sí que me pongo! ¡A la mierda!

Y sin decir nada más, salió del salón furioso dando un fuerte portazo tras de sí.

-No te preocupes, Bri, se le pasará.-dijo John a mi lado a la vez que me abrazaba y me daba un beso en el pelo.-Sólo está triste y enfadado.

-Tiene razón.-suspiré.-De estar en su situación yo también me habría puesto así.

-Te digo que se le pasará.-susurró John.-Ya lo verás.

No contesté, simplemente me limité a apretarme un poco más contra él, sin más. Me tranquilizaba estar así y me ayudaba a evadirme, aunque tan sólo fuera por unos segundos, de la realidad que me rodeaba. Nos mantuvimos de ese modo, en silencio y abrazados el uno contra el otro durante unos instantes que se nos hicieron eternos hasta que, de repente, el odioso ruido del teléfono interrumpió aquel momento.

-Iré a ver quién mierdas es.-masculló John de mala gana a la vez que nos separábamos.

-Tranquilo, Johnny.-le dije en tono suave.-Yo creo que subiré arriba a ver a los chicos.

-Cuidado con Alex. Ya sabes que cuando se enfada dice cosas que…

-Tiene a quién parecerse.-sonreí yo, aunque mi sonrisa fuera amarga.-No pasará nada. Anda, ve a responder o colgarán.

Sin esperar ni siquiera a que él se pusiera al teléfono, me levanté, salí de salón y me dirigí escaleras arriba sin saber muy bien si intentar hablar con Alexander primero o dejarle un poco de tiempo hasta que se enfriaran las cosas. Lástima, pensé esbozando una sonrisa amarga, que tiempo fuera en esos momentos lo que menos tenía.

Mis dudas sobre qué tenía que hacer se disiparon pronto cuando vi la puerta de la habitación de Matt abierta. Silenciosa, sin decir nada e intentando no hacer ningún ruido, me apoyé sobre el marco de la puerta y miré hacia adentro: de espaldas a mí, Matt, frente al escritorio, parecía realmente concentrado mientras tecleaba rápidamente sobre una calculadora y anotaba de manera rápida unas cosas sobre el cuaderno que tenía delante.

-¡Joder, mierda!-exclamó enfadado antes de lanzar el lápiz sobre el papel en un arrebato de rabia.

-Esa boca, Matthew.-le dije intentando esforzarme por no soltar una risita delante de él.

El niño se volvió hacia mí sorprendido y enrojeció levemente al verme.

-No sabía que estabas ahí.-me dijo sin más.

-Eso es evidente.-sonreí acercándome hacia él.-Vamos a ver, ¿qué te pasa?

Matt soltó un bufido antes de contestar nada.

-Estaba haciendo los deberes de matemáticas y… no me sale ningún ejercicio.

-Venga, hombre, seguro que no es para tanto…

-Sí que lo es.-me cortó nervioso.-No me aclaro. A este paso voy a suspender matemáticas. Soy un inútil.

Le dediqué una mirada severa y me puse en cuclillas al lado de su silla, quedando cara a cara con él.

-Matt, no quiero oírte decir eso nunca.-le dije mirándolo a los ojos.-Tú no eres un inútil, ¿me entiendes?

-Es cierto, mamá. Mira a Julie y a Alex… Ellos nunca han tenido problemas en estas cosas. Yo sí. Soy un desastre.

-Cierra el pico, Matthew.-le corté haciendo que él me dedicara una mirada extrañada.-También podríamos decir que tus hermanos son unos inútiles porque no son capaces de dibujar ni la mitad de bien que tú, ¿no? Y eso, obviamente, no es cierto. Cada uno es bueno en unas cosas.

-Pero…

-No hay peros que valgan. Tú vales mucho, que te quede claro.-sonreí pasándole la mano por el pelo.-Y si no, que se lo pregunten a tu madre.

Matt esbozó una sonrisa divertido y negó con la cabeza.

-Eres una boba, mamá.

-Entonces tú te pareces a mí, bobalicón.-bromeé haciendo que él soltara una risita.-Y ahora, ¿me dejas ver eso qué estás haciendo? Tal vez la boba de tu madre te pueda echar una mano.

-Son ecuaciones de primer grado.-me aclaró Matt mostrándome el cuaderno.

-¡Ah! Eso está fácil.

-Pues será muy fácil, pero yo no lo entiendo. Ya te he dicho que soy un tronco.

-Un tronco es lo que te voy a partir yo por la cabeza como sigas diciendo sandeces.-le contesté divertida.-No lo entiendes porque no lo has intentado. Seguro que después de que te lo explique ya lo entiendes y lo sabes hacer bien.

-Seguro que no.

-¿Qué te apuestas?-pregunté.

-Veinte libras.-contestó Matt decidido.

-Vaya, apuestas con dinero y todo…-sonreí.-Vale, trato hecho. Y ahora, Matt, presta atención. Ya verás cómo es más fácil de lo que parece.

Me senté a su lado y empecé a explicarle aquello tal y como me lo habían explicado a mí, muchísimos años antes. Matt escuchaba, atento, y de cuando en cuando hacía alguna pregunta que yo me apresuraba a contestarle de la manera más sencilla posible. Después, cuando pareció haberlo entendido, le dejé hacer solo, sin decirle una palabra mientras lo observaba, la primera de las ecuaciones que tenía en los deberes. Para su sorpresa, esta vez sí que le salió pero él, desconfiando aún de sí mismo, insistió en probar con la siguiente. Otra vez, el resultado fue el correcto.

-¡Me salen!-casi exclamó feliz cuando terminó la segunda ecuación.

-¿Ves como no eres ningún tronco? Un bobo sí, pero no un tronco.-bromeé.

-Te debo veinte libras.-dijo Matt mirándome a la vez que esbozaba una sonrisilla.

-Veinte libras que antes te hemos dado papá y yo, por cierto.-contesté.-No es un negocio muy bueno. Casi mejor que prefiero cobrarme de otra manera.

-¿De qué manera?


-De ésta.-dije yo sonriendo a la vez que le daba un abrazo y empezaba a cubrirle la cara de besos como si fuera un niño pequeño.

-Quita, mamá.-decía Matt entre risas a la vez que intentaba zafarse de mí.-¡Que ya no tengo cinco años!

Hice caso omiso a sus quejas y seguí hasta que me cansé.

-No te quejes, Matthew.-sonreí cuando paré.-Te has ahorrado veinte libras.

-Eres una besucona.-rió él antes de que yo le estampara otro sonoro beso en la mejilla.-¡Pesada!

-Yo no tengo la culpa de que me salieras tan adorable.-bromeé a la vez que le revolvía el pelo.-Venga, vamos, dale tú un besazo a tu madre.

-Mamá…

-¿Que no ves que tengo ganas?-pregunté ofreciéndole mi mejilla.-Vamos, un beso o no te perdono las veinte libras, listillo.

-Ay…-suspiro Matt antes de acercarse de nuevo hacia mí y darme un beso.-¿Contenta?

-Ahora sí.-le contesté esbozando una tierna sonrisa antes de abrazarlo de nuevo.-Te quiero mucho, Matt. No lo olvides nunca.

Matt me dedicó una mirada un tanto confusa, sin saber muy bien a qué venía aquel cambio repentino de la broma a la ternura. No obstante, no dijo nada al respecto y simplemente se limitó a devolverme la sonrisa.

-Y yo también te quiero, mamá.

Me separé de él y le dediqué otra sonrisa, esta vez, sintiendo dentro de mí una extraña mezcla de alegría y tristeza.

-Cuando acabes de hacer eso, baja, cariño.-le dije antes de levantarme de la silla.-Seguramente ya tendré la cena a punto.

-Y hoy será una cena especial, ¿eh, cumpleañera?-me respondió Matt.

-Lo será.-susurré sintiendo como se me hacía de nuevo aquel nudo en la garganta que había tenido durante todo el día.-Lo  será, cariño, lo será.

Y sin decir nada más, salí de la habitación y cerré la puerta tras de mí. Después, sin saber muy bien por qué, apoyé mi espalda sobre la pared del pasillo y empecé a llorar, silenciosa y amargamente. Las siguientes horas iban a ser duras, muy, muy duras.

**************************

Eran ya casi las tres de la madrugada y a aquellas horas de la noche ya lo veía todo un poco… diferente. Normal si tenía en cuenta que desde que habíamos llegado al Bag O’Nails poco después de la hora de la cena, no había hecho más que limitarme a beber y a pasármelo lo mejor posible con la compañía que llevábamos. Éramos un grupo bastante nutrido de gente, pero a aquellas horas, allí sentados sólo quedábamos Paul, Rachel, John, Neil y yo. George, Ringo y Anna estaban pululando por el local, el primero sumido en una “interesante” conversación con una rubia de lo más despampanante y los otros dos en la barra contándose no sé qué cosa que les hacía de cuando en cuando soltar una sonora carcajada que llegaba hasta a nosotros.

-¿Y no me podéis contar nada de la película?-le pregunté a Paul por enésima vez desde que habíamos llegado.

-¡Si ya sabes casi que más que nosotros!-rió Paul.-Ya sabes todo lo que va a pasar.

-Pues yo no acabo de ver eso de que no tengáis ni un mísero guión…-mascullé dándole otro trago a mi ron.

-Bri cree lo mismo que yo.-dijo Rachel mirando a su novio.

-Y que todos, nena.-rió John.-Pero habrá que intentarlo a ver qué sale.

-Nada bueno, seguro.-le chinché yo.

-No te invitaré a ver la peli cuando se estrene, Bri.-bromeó él.

-¿Por qué presupones que quiero ver eso, Lennon?

Rachel y Neil soltaron una sonora risotada, a la vez que Paul y John esbozaron una sonrisilla, el primero divertido; el otro, más bien burlón.

-Eres una víbora, Bri, pero en el fondo te he pillado cariño.-rió John al fin agarrando mi vaso de encima de la mesa y tendiéndomelo.-De todos modos, bebe y calla.

Agarré mi vaso con una risita entre dientes y lo volví a dejar sobre la mesa.

-Que te crees tú eso de que calle…-bromeé.

-Pues vosotras diréis lo que querréis, pero ya veréis como la peli marca un antes y un después en todo.-dijo Paul mirándonos a Rachel y a mí.-Seguro que es todo un éxito, os apuesto lo que queráis.

Tanto su novia como yo nos limitamos a lanzarle una mirada escépticas, pero nos abstuvimos a comentar nada más al respecto. Él sobre todo parecía muy convencido con la idea, así que tampoco era plan de chafarle las ilusiones. Aunque ya estaba considerablemente borracha, sabía muy bien cuando era conveniente callar, más ante una persona con la que no tenía tantísima confianza todavía como Paul.

-A juzgar por sus caritas diría que no confían mucho en tu palabra, Macca.-rió John antes de darle un trago a su whisky con cola a medio terminar.-Por cierto, ¿alguien tiene hora?

-Creo que son las tres menos diez minutos.-contestó Neil a su lado.

-¿Qué te pasa, John?-le chinchó Paul.-¿Es que ahora te has vuelto un chico formal y quieres volver a casa pronto?

-Vete a la mierda, McCartney.-le espetó él entre divertido y airado.-Mañana por la mañana tengo un compromiso y sólo quería ver si me convenía irme a dormir o directamente no acostarme en toda la noche. Supongo que me quedo con la segunda opción.

-¿Compromiso? ¿Adónde coño vas?

-Inauguran una exposición.-contestó John.-La Yoko Ono ésa que conocí el año pasado… Me ha invitado. Dicen que es… interesante.

-¿Interesante eso? Sí, claro… Y una mierda.

Sólo cuando todos los que estaban en la mesa se me quedaron mirando entre extrañados y divertidos me di cuenta de que había dicho aquello en voz alta. Y es que, nada más oír el nombre de Yoko Ono había perdido el control de mí misma. Todo el mundo sabía, al menos en mi época, cómo acabarían John y Yoko y la verdad era que, no sabía (o no quería saber) por qué, no me hacía demasiada gracia todo aquel asunto. Eso, unido al alcohol, había hecho que mi lengua se soltara más incluso de lo que yo hubiera deseado.

-¿Conoces a Yoko?-preguntó John curioso.

-No tengo el placer.-dije remarcando de manera involuntaria la última palabra.-Pero sí que sé lo que hace.

-Vaya… Nuestra Bri sabe de arte.-bromeó John.

-Ah, ¿qué ahora lo llaman arte?-dije en tono despectivo. Sabía que me estaba acelerando más de la cuenta y que aquello quizá podría no acabar bien, pero la verdad era que en aquellos momentos no podía parar.-Entonces yo también soy una artista.

Todos los que estaban allí soltaron una sonora carcajada con mis palabras. Todos menos John, que se quedó mirándome con una sonrisilla indescriptible.

-No lo entiendes, Bri.-me dijo con serenidad.-Ya no es el objeto en sí, sino lo que simboliza. Ahí está el asunto de las vanguardias.

No me gustó la manera en la que me dijo aquello, no me gustó ese tonillo protector que usó para referirse a la obra de Yoko, ni tampoco el tonillo que usó conmigo, como si fuera una niña tonta que no fuera capaz de comprender por qué dos y dos sumaban cuatro. Me quedé mirándolo, al principio con seriedad aunque, a los pocos segundos, esbocé una sonrisilla sarcástica. A aquellas alturas ya sabía que la única manera de llevarse a Lennon a tu terreno era aquella.

-Por supuesto que lo entiendo.-dije al cabo de unos segundos.-Mira y juzga tú mismo.

Sin esperarme ni siquiera a que nadie me dijera nada más, agarré mi vaso a medio lleno aún, me lo acerqué a los labios y lo vacié de un solo trago ante la mirada atónita de todos. Lo dejé de nuevo con un golpe seco sobre la mesa, haciendo un verdadero esfuerzo para controlar el repentino mareo que me había agarrado y no vomitarlo todo allí mismo.

-¡Bri!-exclamó Rachel escandalizada.

-Un segundo, Rachel.-logré decir después de tragar saliva e inspirar profundamente. Después, volviéndome hacia John, añadí señalando a mi vaso, ahora vacío:-He aquí una representación del vacío existencial de la humanidad en nuestros días a través de un vaso de alcohol vacío, que se ve abocada a mitigar sus penas en sustancias que edulcoran la realidad. Simboliza la debilidad del ser humano, que no es capaz de soportar ver el mundo que le rodea tal y como es y necesita modificarlo mediante drogas y alcohol.

Durante unos segundos, todos se quedaron mirándome como si me hubiera vuelto completamente loca, y con toda la razón del mundo. No obstante, de repente, todos, John el primero, prorrumpieron en una sonora carcajada que hizo que hasta George dejara de flirtear con la rubia y se quedara mirándonos.

-¡Joder con Bri!-exclamó John aún entre risas.

-Le acaba de destrozar el repertorio artístico a Yoko Ono en cuestión de segundos.-dijo Paul divertido.

-¿Verdad que yo también soy una artista, Lennon?-le pregunté esbozando la misma sonrisilla burlona de antes.

-No lo dudo, nena.-rió John.-Una artista en toda regla. Permíteme, promesa de la vanguardia, que te pida otro ron con cola. Sería una lástima que una artista como tú se quedara sin materiales con los que poder trabajar.

-¿Ves? Ahora nos vamos entendiendo tú y yo…-le seguí el juego antes de que él se levantara para pedir más bebidas para todos los que estábamos en la mesa.


Me repantigué aún más en el sillón en el que estábamos sentados y cerré los ojos con una sonrisa. En aquellos momentos, pese a la borrachera que llevaba encima, tenía la sensación de que acababa de hacer algo bastante gordo aunque nadie fuera consciente de ello. Y yo me sentía bien, tremendamente bien.



Hola de nuevo!!! Qué tal? Hasta aquí el capi 6! No os quejaréis, que por ahora estoy subiendo capis relativamente pronto, eh? jajaja. Por cierto, que quiero darles la bienvenida a un par de nuevas lectoras que andan por aquí, un anónimo de mi corazón y Lady Mary, que llegó aquí gracias al fic de mi queridísima María (si hay alguien que no lee sus joyas, por favor, subid un poco hacia arriba y en la barra lateral derecha, en el apartado de "Qué leo", veréis los enlaces a sus tres fics. Os juro que no os vais a arrepentir, jejeje). Y bueno, que bienvenidas, chicas, que me alegro de que os guste esto que ha salido de mi mente! :D Por cierto, Lady Mary, coincido plenamente con tus gustos y gracias por dedicarme el segundo comentario más largo que has hecho.
Y bien, nenas, yo espero no tardar mucho a hacer el 7, así que pronto nos veremos por aquí! 
Saludos!!!!!

4 comentarios:

  1. APLAUSO CERRADO!!! Clap clap clap clap!!!! http://www.youtube.com/watch?v=i6eLvSTp23w
    En este sencillo acto, declaro inaugurado el Fans Club Oficial de Briseida! Vamos, cortemos la cintita! Ídolaaaaaaaaaa!!!!
    Es que bueno, no merece otra cosa una mujer que tiró a la mierda toda la gilada esa del arte vanguardista o como se llame eso de poner una manzana arriba de una mesa. Yoko, yo lavo los platos y los seco, ESO TAMBIÉN ES ARTE! Saco la mugre del mundo con mi esponja y mi detergente y hago un mundo mas limpio, transformo las cosas! ARTE ARTE ARTEEEEE (eso grita siempre una artista de aca, Marta Minujín, que está loca como Yoko y hace cosas raras...pero reconozco que por lo menos tiene mas talento, por lo menos gasta en pinturas jaja)
    Bueno, eso, amé mucho a Briseida y me parece que con ese contraargumento que se mandó (ojo, hay que hacerse un discurso así en plena borrachera. Ni Obama lo hace XDD) ha logrado convencer a John y...que me parece que no va a ir a la expo.Y sino va, no tratará con Yoko. Y si no trata....SE QUEDA CON BRI!!!! WIIIIIIIII!!!! Qué chispitas estos dos!
    Bien, me calmo, que el domingo lluvioso me afecta.
    Bri, Bri, Bri, Bri, Bri....Yo lo dije, el diminutivo es lindo, queda tierno (como los supertiernos ajaj) aparte es mas fácil. Con un diminutivo te anunciabas y con unBASTAAAAAA ajjajajajja
    Claro, sí, tienen muchos ligues. Mirá que bien. Pero mirá QUÉ BIEN. Estoy muy feliz por todos los ligues y el levante que tienen, tan feliz que le voy a pegar a Ringo. Momento, aún no somos nada, debo controlarme, sólo soy su amiga. (En este momento puede aparecer Marco Antonio Solís cantando “Yooo quiero ser maaaas que tu amigooo”. Bueno, cambiémoslo por “amiga”. O mejor que venga la Pantoja, en un dúo con él y me deje aturdida como anoche, que pasaron todo un recital de ella por la tele)
    Y apareció Paul!!! Hola Paul, tanto tiempo! Hoy hablábamos de vos, decíamos que matás lechugas XD Pobre Macca, él siempre todo ilusionado con las cosas que se le ocurren, como la pelicula. No, no tendrá mucho éxito Paulie, y te tirarán con cosas, pero sí marcará un antes y un después.
    Y bueno, Alex...Este salió al padre, eh? Calentón como él solo. Pero pobrecito, lo entiendo mucho :( Y Matt...puedo adoptarlo? Si? Qué lindo nene! Me hace acordar a Matías jaja, no sólo por el nombre, sino por esa actitud de “no me beses ni me toques, pero sí, dale, hacelo” jajajja
    Y otra vez pido aplauso! Mirá, te traeré a Lady Gaga a que cante Aplausse. Ah no? Bueno, no, tenés razón, tampoco vamos a invitar a gente loca, que pa’ locas ya estamos nosotras jaja.
    Y ahora me voy a cantar bajo la lluvia. Naa ni en joda, me cago de frío XD. Te mando un gran beso y como siempre, capitulo IM-PE-CA-BLE. Y delicioso, así, para comérselo a cucharadas!
    Chauuuuuu.

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  2. P/D1: Awwww me hace propaganda y todo...Ves que sos toda así coshita? Flancito lindo! XDD Te voy a adoptar junto con los perritos, gatitos, cabritas, conejitos, y etceteritas.
    P/D2: ALERTA: Hay un asesino en mi cocina. Responde al nombre de Maharishi Andry, y ha abandonado su espiritualidad por la sannnnngreeee.
    P/D3: La felicito por subir tan rapido y sorprenderme. Usted siempre me alegra el día, como hoy! :)))
    P/D4: Estoy tomando café. En mi taza de The Beatles. Envidiame.
    P/D5: Si no te respondo los wasaps, es porque estoy comentándote XDD
    P/D6: Voy a comprobar si sacaste lo de la verificación de palabras. Sino ya sabés, los limones serán pateados.
    P/D7: Me voy pero volveréeee. Espero toda ansiosa el capitulo....7? Ya el 7??? Qué velocidad! Flash Cloquell!!!! Saludos,
    Su muy querido Gallo.

    Jajajaja.

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  3. NO PUEDO CREERLOOOO! DESHIZO LA HISTORIA CON YOKO! Me voy a casar con ella, ¿me das permiso de casarme con Bri? Ah, amo ese apodo. No sé porqué, pero me recuerda a caballos, y me encantan, así que está bien :D
    Algo me dice que muy muy pronto vendrá Greg a hacerle una visita no muy agradable... MUERO POR VERLO!

    Pobrecillo Paul con sus ideas ingenuas :3 pero bueno, luego sirvió de inspiración para otros directores de cine, así que no le fue tan mal...

    No sé, la vida actual de Bri está super angustiante... yo me habría acostado en mi cama y abrazado una almohada con cara de loca desquiciada mientras esperaba mi muerte.... pero mira que ayudar a tu hijo en la tarea de matemáticas... nonono, no tiene prioridades - seré una mala madre, lo sé :/ - xd pero eso le da un aire más maternal, así que me pareció precioso.

    Pobre Alex, con ese padre cómo no ser así!! Hermoso <3 Ay, muero de ganas por saber cómo convencieron a Greg de que la dejara casarse con Johnny... ¿o tal vez es una fugitiva? añkdfja me carcome la curiosidad.

    El amor entre John y ella se está formando de una manera impresionante, me encanta :D

    Y... creo que no se me escapa nada... y si es así, nehh todo lo leí con mucha emoción :3

    Espero el siguienteee! Vamos Cris, no nos hagas morir de inanición por esperar mucho tu siguiente cap. Suerte!

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  4. Me encantaaa tu novelaa, soy nueva lectora!!
    Pasat x la mia somethinginshe.blogspot.com besos ♥

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