viernes, 21 de marzo de 2014

DAKOTA Capítulo 2: Buenas días, Nueva York

Juro que yo no quería, que no iba a salir. Pero Sven me lió. Maldito cacho carne con ojos, siempre sabe cómo convencerme… Claro que aquella vez contaba con un argumento sólido: “Vamos, Sophie, necesitas airearte y olvidarte un poco del «ya te llamaremos» que te han dado en la oficina de la Yoko Ono… Salgamos un poco y diviértete”. Tenía razón; necesitaba distraerme y lo hice. Joder, y tanto que lo hice.

Era sábado por la mañana y allí estaba yo pagando las consecuencias de las “distracciones” de mi noche anterior. No había podido dormir absolutamente nada, pero tenía los ojos cerrados y respiraba profundamente, más que nada porque si los abría tenía la sensación de que iba a potar todo lo que había en mi estómago desde el día en que mi madre me había traído a este mundo lleno de vicios y perdiciones. Puta resaca, puto tequila, puto ron, puta marihuana y puto Sven. Si hubiera tenido fuerzas para ello, seguro que me hubiera levantado a lo Scarlett O’Hara para jurar ante Dios con el puño en alto que nunca en mi vida volvería a pillarme una mierda como la de la noche anterior. Pero no pude: estaba moribunda y las moribundas no pueden hacer nada más que agonizar lentamente en su lecho de muerte.

Fue entonces cuando, de repente, el ring ring infernal del teléfono interrumpió mi lento y doloroso paso al más allá por culpa de la resaca. Bufé molesta: seguro que sería mi madre, siempre tan oportuna ella. Y lo peor de todo era que si no contestaba era capaz de llamar a la policía, al FBI, a la CIA y a la Policía Montada del Canadá pensando que cualquier tarado de Nueva York me habría descuartizado y arrojado a la bahía del río Hudson. Esa era mi madre, una mujer de lo más positiva...

Me levanté poco a poco intentando reprimir las arcadas que me venían y comprobé con horror que no tenía resaca, que lo que me pasaba era que aún me duraba la borrachera de la noche anterior. “Bravo, Sophie.”, dijo mi voz interior, “Vas a tener una conversación con tu madre mientras estás pedo.” Llegué hasta el comedor casi tambaleándome y, en el último segundo antes de que saltara el contestador, conseguí descolgar el teléfono.

-¿Sí?-contesté con voz áspera. Lo cierto es que mi tono me sorprendió a mí misma: parecía un macho. Gracias, tequila.

-¿Casa de Sophie Jackson?-preguntó una voz estridente al otro lado de la línea. Vale, no era mi madre: primera buena noticia del día.

-Sí, soy yo.

Hubo un breve silencio. Tal vez mi interlocutora estaba pensando si le estaba tomando el pelo. No era de extrañar: ya he dicho que en aquellos momentos mi voz se asemejaba más a la voz de un Frank que a la de una Sophie.

-Verá, señorita Jackson…-continuó de repente, tanto que di un pequeño saltito cuando lo hizo.-He estado analizando lo que trajo ayer a mi oficina y creo que está preparada para tener una entrevista personal conmigo.

Ahora la que se quedó pensando unos segundos era yo. Estaba medio borracha y mis pensamientos iban con más lentitud de lo habitual. Pero de pronto, una lucecita se encendió en mi cerebro. Mier-da. Mierda, mierda y mierda. Aquello no podía estar pasándome a mí… ¿Me estaba llamando quién yo creía que me estaba llamando?

-Disculpe…-mascullé con un hilillo de voz esforzándome al máximo para que no se me trabara la lengua.-¿Por casualidad estoy hablando con…?

-Yoko Ono.-contestó la mujer al otro lado, tranquila. Vamos, como si lo más normal del mundo fuera que un sábado de resaca te llamara a casa Yoko Ono. –Te agradecería que te pasaras lo antes posible por mi oficina, Sophie. ¿Puedo tutearte, no?

-Ehhh… Sí, sí, claro.-balbuceé.

-Perfecto. Estaré aquí hasta las doce y media. Te espero.

Y sin esperarse ni siquiera a que yo pudiera objetar nada, colgó.

Me quedé unos segundos con el auricular del teléfono pegado a mi oreja, asimilando lo que acababa de ocurrir. Después, colgué el teléfono lentamente, flipando aún en colores.

-Joder, Sophie… Qué careto que tienes. ¿Qué pasa? ¿Te acaba de llamar el presidente de los Estados Unidos o qué?

La voz de Sven me pilló por sorpresa. Me giré y lo miré. Tenía el pelo revuelto como si lo hubiera metido a centrifugar y llevaba puestos lo que yo había definido como sus “calzoncillos antilíbido”, pero ni siquiera su singular estampa mañanera fue capaz de impresionarme después de lo que me acababa de pasar.

-No, no he hablado con el presidente, Sven.-respondí a media voz.-Peor: acabo de hablar con Yoko Ono.

Sven abrió la boca y se me quedó mirando, alucinado.

-¿Pero no pensabas que no te iba a llamar?

-Eso pensaba, pero ya ves, me equivoqué.-dije.-Y lo peor es que me tengo que presentar esta misma mañana en su oficina para una entrevista personal, antes de las doce y media.

-¡¿QUÉ?!-exclamó Sven.-Soph, colega, ya puedes empezar a correr porque son las once y media…

-¡¿LAS ONCE Y MEDIA?! ¡Puta madre!-grité antes de salir disparada para mi habitación dejándome a un sorprendido Sven plantado en el comedor.

Si quería llegar a tiempo para la entrevista, debía de darme prisa, mucha, mucha prisa. Lástima que en esos momentos no me estuviera viendo ningún ojeador para el equipo de atletismo de las Olimpiadas; seguro que me hubiera fichado.

*********************************

“Ya no estoy borracha, me he puesto un maquillaje estupendo que tapa mis ojeras y mi voz empieza a normalizarse.”, me decía a mí misma para autoconvencerme. Pero por más que lo repitiera, sabía que ninguna de las tres cosas era verdad: el pedo aún estaba dando sus últimos coletazos manifestándose con insistentes arcadas de cuando en cuando; mi maquillaje era una mierda y en lugar de disimular las ojeras lo único que conseguía era hacerme parecer la hermana fea del Conde Drácula; y mi voz en esos momentos hubiera sido la envidia de cualquier rudo marinero ruso. Bonitas condiciones las mías para una entrevista de trabajo.

Estaba sentada en una silla del pasillo al lado del stand de la secretaria esperando a que Yoko Ono se dignara a recibirme mientras recitaba mi mantra particular. Ya llevaba allí más de media hora y la cosa ya empezaba a impacientarme. Era casi la una: con la carrera que me había pegado para llegar a tiempo desde Queens a Manhattan y lo que me estaban haciendo esperar. Ya les valía.

Justo cuando empezaba a pensar que se habían olvidado de mí, el timbre del teléfono de la secretaria huele-mierda que me había atendido el día anterior, me sacó de mis pensamientos. La mujer descolgó y masculló unas palabras ininteligibles antes de colgar. Después, se quedó mirándome y dijo:

-Cuando quieras puedes pasar.

-Gracias.-mascullé.

Después, me puse en pie y me dirigí hacia la puerta del despacho que tenía ante mí. Tragué saliva disimuladamente antes de golpear con los nudillos. Otra cosa no, pero era una chica educada a la que su madre le había enseñado a llamar a los sitios antes de entrar.

-Adelante.-dijo una voz desde el interior.

Abrí la puerta con cuidado y vi a la famosa Yoko Ono, que estaba sentada ante una inmensa mesa impoluta en el centro de la estancia. La primera impresión que me dio fue el de una persona seria, mortalmente seria.

-Hola, buenos días.-saludé atropelladamente. Después, pensando que ya pasaba del mediodía, me apresuré a corregirme:-O mejor dicho, buenas tardes.

-Pasa y siéntate.

Me quedé mirándola durante unos segundos asimilando la cantidad de simpatía que aquella mujer destilaba por todos los poros de su piel. Al parecer la primera impresión que había tenido de ella no me había engañado en absoluto. Aún así, no dije nada y me apresuré a obedecerle: Yoko no tenía pinta de ser una mujer a la que se podía ignorar fácilmente.

-Estuve mirando la carta astral que trajiste ayer.-empezó a decir sin más cuando me hube sentado.-Es muy interesante, muy apta para el puesto, la verdad.

-Ajá.-dije poniendo cara de interés. Mis respuestas últimamente estaban dejando bastante que desear, pero bueno, aún estaba medio borracha, no se me podía pedir más.

-Además, veo que está elaborada con una meticulosidad digna de admirar.-continuó. Yo, por mi parte, tuve que contenerme la carcajada cuando escuché eso. “Ay, mujer…”,pensé, “ si yo te contara cómo fue elaborada…”-¿Quién te la hizo?

-Ehhh…-balbuceé sin saber muy bien qué contestar.-Un amigo mío profesional en el campo.

-Es bueno, me gustaría conocerlo más adelante…

Perfecto. Yoko Ono quería conocer a Sven. ¡A Sven!

-Pero bueno, no es por eso por lo que te he hecho venir, Sophie.-continuó antes de que yo pudiera decir nada más. En serio, esa mujer debería haberse dedicado a los monólogos en lugar de al arte conceptual.-Como te venía diciendo vi tu carta astral, que es favorable, y vi también tus referencias, que también son buenas. Además, veo que tienes estudios.

-Sí, estudié Filosof…

-Eso es precisamente lo que estaba buscando.-me volvió a interrumpir.-No queremos a ninguna cateta por casa, con la que tienen contratada los del edificio ya es más que suficiente. Quiero que empieces cuanto antes, por supuesto, y eso es mañana a primera hora. ¿Algún problema?

-No, no, por supuesto que no. Mañana a primera hora.-me apresuré a contestar. De todos modos, aunque hubiera tenido algún problema, no me habría atrevido a contradecirle.

-Supongo que ya te dirían las condiciones en la agencia, pero por si acaso te las vuelvo a repetir: jornada completa, dos días libres a la semana y paga a final de mes según lo estipulado con tu empresa. ¿Conforme?

Asentí con la cabeza enérgicamente, incapaz de decir nada. Ojalá Yoko no estuviera evaluando mi nivel intelectual a través de las respuestas que le estaba dando, porque si era así, seguro que llegaba a la conclusión de que mis estudios se habían realizado en la Universidad de Retrasados Profundos de América.

-Ah, por cierto, antes de que te vayas, aquí tienes las normas para trabajar con nosotros.-siguió a la vez que sacaba de un cajón un fajo de folios grapados y me lo tendía. Le eché un vistazo. Aquello parecía más largo que el Código Penal.-Léelas con atención, es muy importante: no soportamos que no se tomen en cuenta nuestras reglas. Si tienes alguna duda, puedes preguntarle a cualquier miembro del servicio, ellos te echarán una mano.

-Perfecto.

-Y debes firmar este contrato de confidencialidad.-dijo sacando otro documento del mismo cajón.-Básicamente estipula la prohibición de que digas absolutamente nada de lo que veas en casa mientras estás con nosotros. Nos gusta velar por nuestra intimidad, lo verás enseguida.

Ojeé el contrato por encima. Tenía razón: lo único que se establecía en él era la prohibición terminante bajo responsabilidad penal de decir o difundir cualquier cosa que ocurriera dentro de casa de los Lennon. Firmé casi sin pensármelo. Yoko parecía tener prisa y no me apetecía hacerla esperar. Además, tampoco tenía ganas de ponerme a leer tecnicismos.

-Muy bien, Sophie.-dijo cuando firmé recogiendo el contrato.-Puedes irte. Mañana a las ocho te esperamos.

Salí del despacho sin salir aún de mi asombro y ni siquiera me despedí de la secretaria antes de subir al ascensor para largarme de allí. Después, vomité en la planta artificial que había al lado de la entrada del edificio y salí a la calle con una sonrisilla de idiota pintada en la cara.

Buenos días, Nueva York. O mejor dicho, buenas tardes.

**************************************

Sven soltó una sonora carcajada cuando escuchó lo que le acababa de contar.

-¡Pobrecita mi Sophie!-rió mientras se revolcaba en el sofá.-Trabajará un domingo a las ocho de la mañana…

-Deja de reírte.-contesté yo picada.-Por lo menos voy a trabajar en casa de Lennon. ¿Sabes lo que significa eso?

-¿Que vas a limpiarle la mierda a un exbeatle y a su novia japonesa?

-Esposa, Sven, esposa… Se casaron hace un montón de años.-respondí con tono de maestra.-Y aparte de limpiarles la mierda, significa que voy a estar metida en el epicentro del sexo, la droga y el rock and roll.

-Mejor dicho en el epicentro del sexo, la droga, la mierda y el rock and roll-volvió a reír Sven.-De todos modos, aunque te montaras allí con ellos unas fiestas de la leche, no podrías presumir de ellas: recuerda que has firmado un contrato de confidencialidad.

-Hay que ver que aguafiestas que estás hecho, tío.-mascullé dejándome caer a su lado en el sofá.-¿Tal vez puedo oler la envidia en ti?

-Afina el olfato entonces, Soph, que lo tienes atrofiado de tanto usar productos de limpieza. No te tengo ninguna envidia por tener que trabajar en un sitio en el que te han dado diez folios de normas por cumplir…

-¡Joder, las normas!-exclamé acordándome de repente del fajo de folios que había dejado sobre la mesita de café que teníamos delante del sofá.-Ni siquiera las he mirado…

-Y como no lo hagas Yoko Ono te va  a colgar de los pulgares…-bromeó Sven mientras yo agarraba los papeles.-Por cierto, ¿me dejas mirar o eso también está protegido por el contrato de confidencialidad?

-Me da a mí que tú te pasas la confidencialidad por…

-Por mis peludos huevos, sí.

-¿Por qué siempre has de ser tan asqueroso?-pregunté dándole un sonoro manotazo en el brazo.-Bueno, va, leámoslo, pero ni se te ocurra abrir esa sucia bocaza para decir ni media palabra sobre todo esto.

-Tranquila, no pensaba llamar al New York Times para que lo publicaran…-dijo agarrando los papeles antes de que a mí ni siquiera me diera tiempo a alargar la mano.-Veamos que pone aquí… Joder, Soph, ¿vas a trabajar con el zar de Rusia o con John Lennon?

-¿Qué dices, loco?

-Mira, aquí… Te prohíben mirar fijamente al propietario de la casa, o sea, a John Lennon, mientras haces tus tareas.

-¿Qué?-dije arrebatándole el papel incrédula. Comprobé que era cierto y me quedé en silencio unos segundos, tratando de que mi parte racional encontrara una explicación. Y lo hizo:-Bueno, tiene su razón de ser supongo… ¿Te imaginas la cantidad de fans que pueden haberse querido meter a trabajar ahí sólo por verle? Se supone que se va a trabajar, no a quedarse mirando al jefe como un pasmarote.

-Bueno, supongo que tienes razón… Si te pagaran por mirar a un tío, me apuntaba yo a ese trabajo en el acto.-rió Sven.-Pero no sé… Que algo así conste como una prohibición explícita… Sophie, reina, creo que en la casa donde vas a trabajar son un poco rarillos.

-¿Qué rarillos ni qué leches? Anda, Sven, no me jodas…-dije yo quitándole hierro al asunto.

-Uy, mira, aquí te pone algo del niño…-siguió mi amigo ignorándome y señalando con el dedo una de las últimas líneas de la primera página.-Por cierto, ¿tienen un niño?

-No te enteras, ¿eh? ¡Con lo que dieron por saco hace unos años cuando lo tuvieron y ni te enteraste!

-Ya sabes que paso de esas cosas, Sophie… Sea como sea, no puedes tener trato con el niño, que lo sepas. Creo que es la única cosa con sentido que he leído en todo este montón de normas: que cualquier crío tenga contacto contigo es altamente peligroso.

-¿Ah, sí, gracioso? Pues que sepas que he cuidado de mis primos durante un fin de semana y…

-Cuando cuidaste a tus primos tenías catorce años y te recuerdo que uno de ellos acabó en el hospital porque se metió no sé qué mierdas en la boca, tú misma me lo contaste.

-Fue un accidente.-mascullé yo roja de vergüenza. Supongo que Sven tenía razón: el dejarme a mí a cargo de un ser indefenso era un acto de irresponsabilidad digno de ser juzgado en los tribunales.-De todos modos, tampoco me pagan para que sea niñera, así que mejor que el niño vaya a su bola y yo a la mía.

-Muchísimo mejor si los Lennon tienen cariño a su hijo, créeme…

-Eres un imbécil, Sven.-respondí enfadada levantándome del sofá.-Ala, se acabó el leer normas, que a ti no te interesan para nada, graciosete.

-¡Eh, Sophie, no te enfades, anda, vuelve y acabemos de leerlo!-se quejó él.

-¡Y una mierda!-le dije ya de camino a mi habitación.-Me voy a dormir. Hasta mañana, gilipollas.

-¡Soph!

Sin hacer caso de sus súplicas para que volviera me metí en mi habitación y cerré la puerta tras de mí. Me quedé allí plantada durante unos segundos mirando con suspicacia los papeles repletos de normas que tenía en las manos. Suspiré. Sería mejor que me leyera bien aquello antes de acostarme si no quería meter la pata el primer día de trabajo y, por lo que veía, iba a ser una lectura bastante larga… Tal vez Sven tuviera razón y fueran un poco rarillos. Ojalá estuviera equivocado.

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La alegría de levantarse un domingo por la mañana para trabajar es sólo comparable a la de ir al dentista para que te arranquen una muela. Pero bueno, yo aquel día, ignorante de mí, aún tenía cierta ilusión por estrenar empleo, así que el madrugón se me hizo más llevadero.

Llegué al Dakota a las ocho menos cuarto de la mañana y me quedé mirando el imponente edificio que se alzaba ante mis narices. Sólo cuando me percaté de que parecía subnormal mirando el Dakota con la boca abierta como si en mi puñetera vida nunca hubiera visto un bloque de edificios, dejé de hacerlo. Afortunadamente, a aquellas horas no pasaba demasiada gente por la calle y no había hecho el ridículo demasiado.

Agarré aire y repasé mentalmente los pasos que tenía que seguir para entrar allí dentro: dirigirse a la puerta de servicio, preguntar por el señor Marshall, darle  la carta de presentación que me habían dado adjunta con las instrucciones, cambiarme con la ropa que me proporcionarían en las estancias que me iban a indicar y subir a la vivienda acompañada por un responsable. Si era capaz de hacer todo aquello sin saltarme ninguno de los pasos y acceder finalmente a la casa de Lennon, me veía capaz de entrar hasta en la mismísima Troya y, además, sin caballo. Chúpate ésa, Ulises.

“Al ataque, Sophie, a limpiarle la mierda al exbeatle y a su novia japonesa con ilusión y dedicación”, me dije a mí misma parafraseando parcialmente las palabras de Sven el día anterior.

Me dirigí al edificio con una sonrisilla pintada en la cara. Bueno, no era el mejor empleo de mi vida, no cobraba demasiado y encima me hacían trabajar un domingo, pero al menos esperaba que fuera distinto a los demás. Tal vez incluso albergaba la esperanza de pasarlo bien allí dentro. Pero bueno, eso aún estaba por ver. Pronto vería si aquello era cierto o era, simple y llanamente, una mera ilusión.



¡Hola, hola, holaaaaa!
¿Qué tal andáis? Yo aquí estoy, de los más feliz viendo que publico este segundo capi después de que mucha gente se pasara por aquí y encima se molestara en dejar un comentario. La verdad es que me ha hecho mucha ilusión el ver que continuabais ahí y que, encima, ha habido gente nueva que no venía de Lo más lejos a tu lado o de Vuelo 937 y que se ha unido a esto. Así pues, muchas gracias a todas (y a todos por si hay algún chico por ahí, aunque lo dudo, jajaja) por pasaros por este lugar de la red a leer los desvaríos míos y, por extensión, de Sophie.
Bueno, me gustaría aclarar una cosa antes de despedirme... Se me ha dicho en algunos comentarios cierta cosilla que no voy a decir cual es directamente por no cargarme parte de la trama, pero supongo que tal vez después de leer el capi, ya sabréis de qué hablo... Bien, advierto que viendo lo visto tal vez pueda herir más de una sensibilidad a partir de la lectura del fic, aunque también advierto que tampoco me voy a despegar prácticamente nada de la realidad en ese sentido. Si no sabéis de qué hablo, casi que mejor, aunque os vais a ir dando cuenta, jajaja. 
Sea como sea, esto es una comedia y está escrito para reírse un rato y pasarlo bien, nada más.
Un montón de besos a tod@s, se os quiere mucho desde esta parte del mundo (parte del mundo que queda a un océano de por medio de la mayoría de vosotras, por cierto, por lo que se me decía de que no sabíais de dónde era esta personita que escribía... jejeje). 
Muaaaaaaa!

9 comentarios:

  1. Dios mio! buenisimo el capitulo!, me reí mucho en todo momento. Sven es tan divertido xd y Sophie luchando contra el tequila, épico. Me sentí hasta identificada con ella, ahí yaciendo en el lecho de muerte tratando de parecer sobria jajajaja muy bueno! continua luego por favor, me encanta el fic, mucho! :3

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  2. Me encantó el capítulo y me encanta el personaje de Sven.. osea los momentos de Sophie y Sven son memorables XD

    Sigue con este fic, esta muy bueno ♥

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  3. Hola hola holaaaaa! Aquí llega la alegría de la casa! La payasa Gallo con su circo “El Gallo de Oro” pipipiririririííííí´(eso es música, no te confundas)
    He llegado hasta aquí, con el pronóstico digo propósito (aunque si querés saber el pronóstico te lo digo: se esperan vientos del oeste a velocidad de 60km/h en toda la zona sur de la provincia. Ah, de qué provincia? No sé, yo escuché eso XD) Bué, basta de pavadas, vine con el propósito de comentarte esta GENIALIDAD, así, con mayúsculas. Otra vez vuelve mi gran problema con vos, el problema de no encontrar adjetivos justos para describir lo que son tus fics.
    Antes que nada, voy a decirte que…Te amo *música de Love Story* (En este momento, Cloquell decide que es demasiado para soportar, saca una escopeta y comienza una matanza de…patos.)
    Bueno, bueno, me pongo seria, que hoy ando mas pava que de costumbre. Ay Sophie…dónde te fuiste a meter? Encima de ir a limpiar, tenés que estudiar unas putas normas. Que no les haga caso, las normas están para no cumplirlas, fuck the police! Pero pese a que me de mucha pena esta pobre chica, también, y ya te dije, la admiro, es mi ídola, y me tatuaré su nombre en mi brazo: hay que tener los ovarios bien puestos, o quizás ser una absoluta irresponsable, para presentarte ante Yoko Ono en pedo. Aunque…vamos, es Yoko, tampoco es el Papa Francisco (Franshiiiiishhhcoooo! Lo siento, siempre grito eso cuando lo nombran, ya ves, bien pava estoy) o sea, es Yoko, quién te creés que sos? Si ya te dije, sos una japonesa, andá a la tintorería a planchar trajes y regalar calendarios con fotos de cerezos.
    En fin, eso, que Sophie es una grosa y que formaré su club de fans. ATENCIÓN LECTORAS DE CRIS: LAS QUE QUIERAN SER PARTE ME MANDAN UN MENSAJE. DESDE LUEGO, SOY LA PRESIDENTA Y TENGO PODERES EXTRAORDINARIOS. Qué? Suena muy dictatorial? Me da igual, el club lo formé yo. :p
    Y después de estas arengas y estas cosas mías de agarrármelas con todos, sigo. Al parecer, el Sven sirve para algo más que rascarse los huevos, sirve para la astrología! Bien ahí pajero! XDDD Y Yoko lo quiere conocer…Sí, por favor, que se conozcan, y que Yoko deje a John por Sven…Ay, sería lo más! Total, los dos son bastante vegetales, se llevarían bien.
    Y bueno, me dejaste intrigadísima, mas que nunca un “¿Qué pasará?” bien grande. Tendremos que esperar a ver qué nos traés, seguro que algo buenisisisisisimo, como siempre, pero ya sabés, que sea rápido! Que quiero ver qué le depara a Sophie ese hogar tan…especial.
    Ahora me despido de ti y me voy, qué lastima pero adióoooos…

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  4. P/D1: Holaaaa!
    P/D2: Holaaaaaa holaaaa
    P/D3: HolBUÉ, YA ESTÁ. Quedó claro que dije hola. Por este medio, quiero pedir disculpas públicas por ofenderte de semejante manera, la verdad, es que esta noche no podré dormir. Me postro a tus pies y pido perdón.
    P/D4: Maharishi está medio pachucho, a la vez que super sediento, al igual que mi madre y yo. Creo que nos envenenaron, ayuda! Heeeeelp!!!
    P/D5: Mis últimas palabras son: Muero contenta, hemos batido al enemigo. O hemos batido huevos, que podría estar bien, no?
    P/D6: Me dejaste una post-data en el capi final de mi fic. Qué hermoso es desparramar el amor por las post-datas.
    P/D7: Sí, me voy, dejá esa lata de Raid. *Momento auspiciado por Raid*

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  5. Cloquell! haaaaaaaaaaaaaay deje tirado mi libro de Historia Argentina por leer esto, y sabes que? valió la pena jajajajja me encantó! me encanto un monton y a pesar de que todavía tengo q leer tu primer nove, (que la voy a leer aunque me joda y quede ciega) en los terminos establecidos jajajaj, esto esta muyyy bueno, esa Sophie es una bocasucia como digo yo, o mejor, una boca de poncho digamos jajajja, esta entretenidisimo y, lo del tequila. No es ser humano quien no se agarro un chupi con alguna bebida, o mezcla... bueno eso ya es otra cosa jajajaj me encanta, me encanta como escribis y seguramente, debes de poner un choclo de tus conocimientos sobre Lennon (ah si te otorgué la maestria en Lennoniadas. ¡felicitaciones graduada! XD) y ese sentido de humor tan tuyo (todavía me acuerdo de un chiste con una prost... bueno yo me acuerdo) asi que... que decir? ¡I LOVE YOUUUU CLOQUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEELLLLLLLLLLLL! ajajajja segui que me encantó!


    Pd: tenemos que hablar, quiero chistes tuyos. jajajaj un beso enorme desde la otra punta del mundo con océano de por medio!

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  6. AH! y muy bueno que tus fics esten librados de Mary Sues (por cierto, Ringui esta bien choluli en la foto) :)

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  7. Yo si creí que regresarías, la cosa estaba en que la inspiración llegara a ti, y bueno, llegó.

    ¿Qué te digo que no te hayan dicho ya? Tu nuevo proyecto es fenomenal, me encanta, me encanta y me encanta. Con tan solo dos capítulos has demostrado que, como siempre, harás un gran trabajo.

    Ya le tomé cariño a Sophie, es demasiado graciosa, al igual que Sven. La trama me esta gustando mucho, no puedo esperar a que subas el siguiente capítulo, la intriga me esta matando jaja.

    Cuídate mucho. Te mando un beso.

    PD. Es necesario que sepas que me alegra mucho que estés de nuevo por aquí. :)

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  8. Que...buena...NOVELA.
    Definitivamente me capturaste y me has dejado con ganas de más. Te felicito, de verdad, es muy buena.
    Te mando un gran saludo!

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  9. Que genial!!!
    sabes? con lo de la carta astral me acordé de Harry Potter inventando lo de Adivinación.Jajajajaja. Potterhead Always.
    Sabes? Me imagino que John le va a Hablar. Conociéndolo, va a mandar a la puta madre esa regla y le va a hablar a la Sophie. Si no, A qué va la trama de esta preciosidad? jajajaja

    I luv Ya.
    Att: Vale ;D

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