Juro que yo no quería, que no iba
a salir. Pero Sven me lió. Maldito cacho carne con ojos, siempre sabe cómo
convencerme… Claro que aquella vez contaba con un argumento sólido: “Vamos, Sophie, necesitas airearte y
olvidarte un poco del «ya te llamaremos» que te han dado en la oficina de la
Yoko Ono… Salgamos un poco y diviértete”. Tenía razón; necesitaba
distraerme y lo hice. Joder, y tanto que lo hice.
Era sábado por la mañana y allí
estaba yo pagando las consecuencias de las “distracciones”
de mi noche anterior. No había podido dormir absolutamente nada, pero tenía los
ojos cerrados y respiraba profundamente, más que nada porque si los abría tenía
la sensación de que iba a potar todo lo que había en mi estómago desde el día
en que mi madre me había traído a este mundo lleno de vicios y perdiciones.
Puta resaca, puto tequila, puto ron, puta marihuana y puto Sven. Si hubiera
tenido fuerzas para ello, seguro que me hubiera levantado a lo Scarlett O’Hara
para jurar ante Dios con el puño en alto que nunca en mi vida volvería a
pillarme una mierda como la de la noche anterior. Pero no pude: estaba
moribunda y las moribundas no pueden hacer nada más que agonizar lentamente en
su lecho de muerte.
Fue entonces cuando, de repente,
el ring ring infernal del teléfono
interrumpió mi lento y doloroso paso al más allá por culpa de la resaca. Bufé
molesta: seguro que sería mi madre, siempre tan oportuna ella. Y lo peor de
todo era que si no contestaba era capaz de llamar a la policía, al FBI, a la
CIA y a la Policía Montada del Canadá pensando que cualquier tarado de Nueva
York me habría descuartizado y arrojado a la bahía del río Hudson. Esa era mi
madre, una mujer de lo más positiva...
Me levanté poco a poco intentando
reprimir las arcadas que me venían y comprobé con horror que no tenía resaca,
que lo que me pasaba era que aún me duraba la borrachera de la noche anterior. “Bravo, Sophie.”, dijo mi voz interior, “Vas a tener una conversación con tu madre
mientras estás pedo.” Llegué hasta el comedor casi tambaleándome y, en el
último segundo antes de que saltara el contestador, conseguí descolgar el
teléfono.
-¿Sí?-contesté con voz áspera. Lo
cierto es que mi tono me sorprendió a mí misma: parecía un macho. Gracias,
tequila.
-¿Casa de Sophie Jackson?-preguntó
una voz estridente al otro lado de la línea. Vale, no era mi madre: primera
buena noticia del día.
-Sí, soy yo.
Hubo un breve silencio. Tal vez
mi interlocutora estaba pensando si le estaba tomando el pelo. No era de
extrañar: ya he dicho que en aquellos momentos mi voz se asemejaba más a la voz
de un Frank que a la de una Sophie.
-Verá, señorita Jackson…-continuó
de repente, tanto que di un pequeño saltito cuando lo hizo.-He estado
analizando lo que trajo ayer a mi oficina y creo que está preparada para tener
una entrevista personal conmigo.
Ahora la que se quedó pensando
unos segundos era yo. Estaba medio borracha y mis pensamientos iban con más
lentitud de lo habitual. Pero de pronto, una lucecita se encendió en mi
cerebro. Mier-da. Mierda, mierda y mierda. Aquello no podía estar pasándome a
mí… ¿Me estaba llamando quién yo creía que me estaba llamando?
-Disculpe…-mascullé con un
hilillo de voz esforzándome al máximo para que no se me trabara la lengua.-¿Por
casualidad estoy hablando con…?
-Yoko Ono.-contestó la mujer al
otro lado, tranquila. Vamos, como si lo más normal del mundo fuera que un
sábado de resaca te llamara a casa Yoko Ono. –Te agradecería que te pasaras lo
antes posible por mi oficina, Sophie. ¿Puedo tutearte, no?
-Ehhh… Sí, sí, claro.-balbuceé.
-Perfecto. Estaré aquí hasta las
doce y media. Te espero.
Y sin esperarse ni siquiera a que
yo pudiera objetar nada, colgó.
Me quedé unos segundos con el
auricular del teléfono pegado a mi oreja, asimilando lo que acababa de ocurrir.
Después, colgué el teléfono lentamente, flipando aún en colores.
-Joder, Sophie… Qué careto que
tienes. ¿Qué pasa? ¿Te acaba de llamar el presidente de los Estados Unidos o
qué?
La voz de Sven me pilló por sorpresa.
Me giré y lo miré. Tenía el pelo revuelto como si lo hubiera metido a
centrifugar y llevaba puestos lo que yo había definido como sus “calzoncillos antilíbido”, pero ni
siquiera su singular estampa mañanera fue capaz de impresionarme después de lo
que me acababa de pasar.
-No, no he hablado con el
presidente, Sven.-respondí a media voz.-Peor: acabo de hablar con Yoko Ono.
Sven abrió la boca y se me quedó
mirando, alucinado.
-¿Pero no pensabas que no te iba
a llamar?
-Eso pensaba, pero ya ves, me
equivoqué.-dije.-Y lo peor es que me tengo que presentar esta misma mañana en
su oficina para una entrevista personal, antes de las doce y media.
-¡¿QUÉ?!-exclamó Sven.-Soph,
colega, ya puedes empezar a correr porque son las once y media…
-¡¿LAS ONCE Y MEDIA?! ¡Puta
madre!-grité antes de salir disparada para mi habitación dejándome a un
sorprendido Sven plantado en el comedor.
Si quería llegar a tiempo para la
entrevista, debía de darme prisa, mucha, mucha prisa. Lástima que en esos
momentos no me estuviera viendo ningún ojeador para el equipo de atletismo de
las Olimpiadas; seguro que me hubiera fichado.
*********************************
“Ya no estoy borracha, me he puesto un maquillaje estupendo que tapa
mis ojeras y mi voz empieza a normalizarse.”, me decía a mí misma para
autoconvencerme. Pero por más que lo repitiera, sabía que ninguna de las tres
cosas era verdad: el pedo aún estaba dando sus últimos coletazos manifestándose
con insistentes arcadas de cuando en cuando; mi maquillaje era una mierda y en
lugar de disimular las ojeras lo único que conseguía era hacerme parecer la
hermana fea del Conde Drácula; y mi voz en esos momentos hubiera sido la
envidia de cualquier rudo marinero ruso. Bonitas condiciones las mías para una
entrevista de trabajo.
Estaba sentada en una silla del
pasillo al lado del stand de la secretaria esperando a que Yoko Ono se dignara
a recibirme mientras recitaba mi mantra particular. Ya llevaba allí más de
media hora y la cosa ya empezaba a impacientarme. Era casi la una: con la
carrera que me había pegado para llegar a tiempo desde Queens a Manhattan y lo
que me estaban haciendo esperar. Ya les valía.
Justo cuando empezaba a pensar
que se habían olvidado de mí, el timbre del teléfono de la secretaria
huele-mierda que me había atendido el día anterior, me sacó de mis
pensamientos. La mujer descolgó y masculló unas palabras ininteligibles antes
de colgar. Después, se quedó mirándome y dijo:
-Cuando quieras puedes pasar.
-Gracias.-mascullé.
Después, me puse en pie y me
dirigí hacia la puerta del despacho que tenía ante mí. Tragué saliva
disimuladamente antes de golpear con los nudillos. Otra cosa no, pero era una
chica educada a la que su madre le había enseñado a llamar a los sitios antes de
entrar.
-Adelante.-dijo una voz desde el
interior.
Abrí la puerta con cuidado y vi a
la famosa Yoko Ono, que estaba sentada ante una inmensa mesa impoluta en el
centro de la estancia. La primera impresión que me dio fue el de una persona
seria, mortalmente seria.
-Hola, buenos días.-saludé
atropelladamente. Después, pensando que ya pasaba del mediodía, me apresuré a
corregirme:-O mejor dicho, buenas tardes.
-Pasa y siéntate.
Me quedé mirándola durante unos
segundos asimilando la cantidad de simpatía que aquella mujer destilaba por
todos los poros de su piel. Al parecer la primera impresión que había tenido de
ella no me había engañado en absoluto. Aún así, no dije nada y me apresuré a
obedecerle: Yoko no tenía pinta de ser una mujer a la que se podía ignorar
fácilmente.
-Estuve mirando la carta astral
que trajiste ayer.-empezó a decir sin más cuando me hube sentado.-Es muy
interesante, muy apta para el puesto, la verdad.
-Ajá.-dije poniendo cara de
interés. Mis respuestas últimamente estaban dejando bastante que desear, pero
bueno, aún estaba medio borracha, no se me podía pedir más.
-Además, veo que está elaborada
con una meticulosidad digna de admirar.-continuó. Yo, por mi parte, tuve que
contenerme la carcajada cuando escuché eso. “Ay, mujer…”,pensé, “ si yo te
contara cómo fue elaborada…”-¿Quién te la hizo?
-Ehhh…-balbuceé sin saber muy
bien qué contestar.-Un amigo mío profesional en el campo.
-Es bueno, me gustaría conocerlo
más adelante…
Perfecto. Yoko Ono quería conocer
a Sven. ¡A Sven!
-Pero bueno, no es por eso por lo
que te he hecho venir, Sophie.-continuó antes de que yo pudiera decir nada más.
En serio, esa mujer debería haberse dedicado a los monólogos en lugar de al
arte conceptual.-Como te venía diciendo vi tu carta astral, que es favorable, y
vi también tus referencias, que también son buenas. Además, veo que tienes
estudios.
-Sí, estudié Filosof…
-Eso es precisamente lo que
estaba buscando.-me volvió a interrumpir.-No queremos a ninguna cateta por
casa, con la que tienen contratada los del edificio ya es más que suficiente.
Quiero que empieces cuanto antes, por supuesto, y eso es mañana a primera hora.
¿Algún problema?
-No, no, por supuesto que no.
Mañana a primera hora.-me apresuré a contestar. De todos modos, aunque hubiera
tenido algún problema, no me habría atrevido a contradecirle.
-Supongo que ya te dirían las
condiciones en la agencia, pero por si acaso te las vuelvo a repetir: jornada
completa, dos días libres a la semana y paga a final de mes según lo estipulado
con tu empresa. ¿Conforme?
Asentí con la cabeza
enérgicamente, incapaz de decir nada. Ojalá Yoko no estuviera evaluando mi
nivel intelectual a través de las respuestas que le estaba dando, porque si era
así, seguro que llegaba a la conclusión de que mis estudios se habían realizado
en la Universidad de Retrasados Profundos
de América.
-Ah, por cierto, antes de que te
vayas, aquí tienes las normas para trabajar con nosotros.-siguió a la vez que
sacaba de un cajón un fajo de folios grapados y me lo tendía. Le eché un
vistazo. Aquello parecía más largo que el Código Penal.-Léelas con atención, es
muy importante: no soportamos que no se tomen en cuenta nuestras reglas. Si
tienes alguna duda, puedes preguntarle a cualquier miembro del servicio, ellos
te echarán una mano.
-Perfecto.
-Y debes firmar este contrato de
confidencialidad.-dijo sacando otro documento del mismo cajón.-Básicamente
estipula la prohibición de que digas absolutamente nada de lo que veas en casa
mientras estás con nosotros. Nos gusta velar por nuestra intimidad, lo verás
enseguida.
Ojeé el contrato por encima.
Tenía razón: lo único que se establecía en él era la prohibición terminante
bajo responsabilidad penal de decir o difundir cualquier cosa que ocurriera
dentro de casa de los Lennon. Firmé casi sin pensármelo. Yoko parecía tener
prisa y no me apetecía hacerla esperar. Además, tampoco tenía ganas de ponerme
a leer tecnicismos.
-Muy bien, Sophie.-dijo cuando
firmé recogiendo el contrato.-Puedes irte. Mañana a las ocho te esperamos.
Salí del despacho sin salir aún
de mi asombro y ni siquiera me despedí de la secretaria antes de subir al
ascensor para largarme de allí. Después, vomité en la planta artificial que
había al lado de la entrada del edificio y salí a la calle con una sonrisilla
de idiota pintada en la cara.
Buenos días, Nueva York. O mejor
dicho, buenas tardes.
**************************************
Sven soltó una sonora carcajada
cuando escuchó lo que le acababa de contar.
-¡Pobrecita mi Sophie!-rió
mientras se revolcaba en el sofá.-Trabajará un domingo a las ocho de la mañana…
-Deja de reírte.-contesté yo
picada.-Por lo menos voy a trabajar en casa de Lennon. ¿Sabes lo que significa
eso?
-¿Que vas a limpiarle la mierda a
un exbeatle y a su novia japonesa?
-Esposa, Sven, esposa… Se casaron
hace un montón de años.-respondí con tono de maestra.-Y aparte de limpiarles la
mierda, significa que voy a estar metida en el epicentro del sexo, la droga y
el rock and roll.
-Mejor dicho en el epicentro del
sexo, la droga, la mierda y el rock and roll-volvió a reír Sven.-De todos
modos, aunque te montaras allí con ellos unas fiestas de la leche, no podrías
presumir de ellas: recuerda que has firmado un contrato de confidencialidad.
-Hay que ver que aguafiestas que
estás hecho, tío.-mascullé dejándome caer a su lado en el sofá.-¿Tal vez puedo
oler la envidia en ti?
-Afina el olfato entonces, Soph,
que lo tienes atrofiado de tanto usar productos de limpieza. No te tengo
ninguna envidia por tener que trabajar en un sitio en el que te han dado diez
folios de normas por cumplir…
-¡Joder, las normas!-exclamé
acordándome de repente del fajo de folios que había dejado sobre la mesita de
café que teníamos delante del sofá.-Ni siquiera las he mirado…
-Y como no lo hagas Yoko Ono te
va a colgar de los pulgares…-bromeó Sven
mientras yo agarraba los papeles.-Por cierto, ¿me dejas mirar o eso también
está protegido por el contrato de confidencialidad?
-Me da a mí que tú te pasas la
confidencialidad por…
-Por mis peludos huevos, sí.
-¿Por qué siempre has de ser tan
asqueroso?-pregunté dándole un sonoro manotazo en el brazo.-Bueno, va, leámoslo,
pero ni se te ocurra abrir esa sucia bocaza para decir ni media palabra sobre
todo esto.
-Tranquila, no pensaba llamar al
New York Times para que lo publicaran…-dijo agarrando los papeles antes de que
a mí ni siquiera me diera tiempo a alargar la mano.-Veamos que pone aquí…
Joder, Soph, ¿vas a trabajar con el zar de Rusia o con John Lennon?
-¿Qué dices, loco?
-Mira, aquí… Te prohíben mirar
fijamente al propietario de la casa, o sea, a John Lennon, mientras haces tus
tareas.
-¿Qué?-dije arrebatándole el
papel incrédula. Comprobé que era cierto y me quedé en silencio unos segundos,
tratando de que mi parte racional encontrara una explicación. Y lo hizo:-Bueno,
tiene su razón de ser supongo… ¿Te imaginas la cantidad de fans que pueden
haberse querido meter a trabajar ahí sólo por verle? Se supone que se va a
trabajar, no a quedarse mirando al jefe como un pasmarote.
-Bueno, supongo que tienes razón…
Si te pagaran por mirar a un tío, me apuntaba yo a ese trabajo en el acto.-rió
Sven.-Pero no sé… Que algo así conste como una prohibición explícita… Sophie,
reina, creo que en la casa donde vas a trabajar son un poco rarillos.
-¿Qué rarillos ni qué leches?
Anda, Sven, no me jodas…-dije yo quitándole hierro al asunto.
-Uy, mira, aquí te pone algo del
niño…-siguió mi amigo ignorándome y señalando con el dedo una de las últimas
líneas de la primera página.-Por cierto, ¿tienen un niño?
-No te enteras, ¿eh? ¡Con lo que
dieron por saco hace unos años cuando lo tuvieron y ni te enteraste!
-Ya sabes que paso de esas cosas,
Sophie… Sea como sea, no puedes tener trato con el niño, que lo sepas. Creo que
es la única cosa con sentido que he leído en todo este montón de normas: que
cualquier crío tenga contacto contigo es altamente peligroso.
-¿Ah, sí, gracioso? Pues que
sepas que he cuidado de mis primos durante un fin de semana y…
-Cuando cuidaste a tus primos
tenías catorce años y te recuerdo que uno de ellos acabó en el hospital porque
se metió no sé qué mierdas en la boca, tú misma me lo contaste.
-Fue un accidente.-mascullé yo
roja de vergüenza. Supongo que Sven tenía razón: el dejarme a mí a cargo de un
ser indefenso era un acto de irresponsabilidad digno de ser juzgado en los
tribunales.-De todos modos, tampoco me pagan para que sea niñera, así que mejor
que el niño vaya a su bola y yo a la mía.
-Muchísimo mejor si los Lennon
tienen cariño a su hijo, créeme…
-Eres un imbécil, Sven.-respondí
enfadada levantándome del sofá.-Ala, se acabó el leer normas, que a ti no te
interesan para nada, graciosete.
-¡Eh, Sophie, no te enfades,
anda, vuelve y acabemos de leerlo!-se quejó él.
-¡Y una mierda!-le dije ya de
camino a mi habitación.-Me voy a dormir. Hasta mañana, gilipollas.
-¡Soph!
Sin hacer caso de sus súplicas
para que volviera me metí en mi habitación y cerré la puerta tras de mí. Me
quedé allí plantada durante unos segundos mirando con suspicacia los papeles
repletos de normas que tenía en las manos. Suspiré. Sería mejor que me leyera
bien aquello antes de acostarme si no quería meter la pata el primer día de
trabajo y, por lo que veía, iba a ser una lectura bastante larga… Tal vez Sven
tuviera razón y fueran un poco rarillos. Ojalá estuviera equivocado.
****************************************
La alegría de levantarse un
domingo por la mañana para trabajar es sólo comparable a la de ir al dentista
para que te arranquen una muela. Pero bueno, yo aquel día, ignorante de mí, aún
tenía cierta ilusión por estrenar empleo, así que el madrugón se me hizo más
llevadero.
Llegué al Dakota a las ocho menos
cuarto de la mañana y me quedé mirando el imponente edificio que se alzaba ante
mis narices. Sólo cuando me percaté de que parecía subnormal mirando el Dakota
con la boca abierta como si en mi puñetera vida nunca hubiera visto un bloque
de edificios, dejé de hacerlo. Afortunadamente, a aquellas horas no pasaba
demasiada gente por la calle y no había hecho el ridículo demasiado.
Agarré aire y repasé mentalmente
los pasos que tenía que seguir para entrar allí dentro: dirigirse a la puerta
de servicio, preguntar por el señor Marshall, darle la carta de presentación que me habían dado
adjunta con las instrucciones, cambiarme con la ropa que me proporcionarían en
las estancias que me iban a indicar y subir a la vivienda acompañada por un
responsable. Si era capaz de hacer todo aquello sin saltarme ninguno de los
pasos y acceder finalmente a la casa de Lennon, me veía capaz de entrar hasta
en la mismísima Troya y, además, sin caballo. Chúpate ésa, Ulises.
“Al ataque, Sophie, a limpiarle la mierda al exbeatle y a su novia
japonesa con ilusión y dedicación”, me dije a mí misma parafraseando
parcialmente las palabras de Sven el día anterior.
Me dirigí al edificio con una
sonrisilla pintada en la cara. Bueno, no era el mejor empleo de mi vida, no
cobraba demasiado y encima me hacían trabajar un domingo, pero al menos
esperaba que fuera distinto a los demás. Tal vez incluso albergaba la esperanza
de pasarlo bien allí dentro. Pero bueno, eso aún estaba por ver. Pronto vería
si aquello era cierto o era, simple y llanamente, una mera ilusión.
¡Hola, hola, holaaaaa!
¿Qué tal andáis? Yo aquí estoy, de los más feliz viendo que publico este segundo capi después de que mucha gente se pasara por aquí y encima se molestara en dejar un comentario. La verdad es que me ha hecho mucha ilusión el ver que continuabais ahí y que, encima, ha habido gente nueva que no venía de Lo más lejos a tu lado o de Vuelo 937 y que se ha unido a esto. Así pues, muchas gracias a todas (y a todos por si hay algún chico por ahí, aunque lo dudo, jajaja) por pasaros por este lugar de la red a leer los desvaríos míos y, por extensión, de Sophie.
Bueno, me gustaría aclarar una cosa antes de despedirme... Se me ha dicho en algunos comentarios cierta cosilla que no voy a decir cual es directamente por no cargarme parte de la trama, pero supongo que tal vez después de leer el capi, ya sabréis de qué hablo... Bien, advierto que viendo lo visto tal vez pueda herir más de una sensibilidad a partir de la lectura del fic, aunque también advierto que tampoco me voy a despegar prácticamente nada de la realidad en ese sentido. Si no sabéis de qué hablo, casi que mejor, aunque os vais a ir dando cuenta, jajaja.
Sea como sea, esto es una comedia y está escrito para reírse un rato y pasarlo bien, nada más.
Un montón de besos a tod@s, se os quiere mucho desde esta parte del mundo (parte del mundo que queda a un océano de por medio de la mayoría de vosotras, por cierto, por lo que se me decía de que no sabíais de dónde era esta personita que escribía... jejeje).
Muaaaaaaa!
¡Hola, hola, holaaaaa!
¿Qué tal andáis? Yo aquí estoy, de los más feliz viendo que publico este segundo capi después de que mucha gente se pasara por aquí y encima se molestara en dejar un comentario. La verdad es que me ha hecho mucha ilusión el ver que continuabais ahí y que, encima, ha habido gente nueva que no venía de Lo más lejos a tu lado o de Vuelo 937 y que se ha unido a esto. Así pues, muchas gracias a todas (y a todos por si hay algún chico por ahí, aunque lo dudo, jajaja) por pasaros por este lugar de la red a leer los desvaríos míos y, por extensión, de Sophie.
Bueno, me gustaría aclarar una cosa antes de despedirme... Se me ha dicho en algunos comentarios cierta cosilla que no voy a decir cual es directamente por no cargarme parte de la trama, pero supongo que tal vez después de leer el capi, ya sabréis de qué hablo... Bien, advierto que viendo lo visto tal vez pueda herir más de una sensibilidad a partir de la lectura del fic, aunque también advierto que tampoco me voy a despegar prácticamente nada de la realidad en ese sentido. Si no sabéis de qué hablo, casi que mejor, aunque os vais a ir dando cuenta, jajaja.
Sea como sea, esto es una comedia y está escrito para reírse un rato y pasarlo bien, nada más.
Un montón de besos a tod@s, se os quiere mucho desde esta parte del mundo (parte del mundo que queda a un océano de por medio de la mayoría de vosotras, por cierto, por lo que se me decía de que no sabíais de dónde era esta personita que escribía... jejeje).
Muaaaaaaa!
Dios mio! buenisimo el capitulo!, me reí mucho en todo momento. Sven es tan divertido xd y Sophie luchando contra el tequila, épico. Me sentí hasta identificada con ella, ahí yaciendo en el lecho de muerte tratando de parecer sobria jajajaja muy bueno! continua luego por favor, me encanta el fic, mucho! :3
ResponderEliminarMe encantó el capítulo y me encanta el personaje de Sven.. osea los momentos de Sophie y Sven son memorables XD
ResponderEliminarSigue con este fic, esta muy bueno ♥
Hola hola holaaaaa! Aquí llega la alegría de la casa! La payasa Gallo con su circo “El Gallo de Oro” pipipiririririííííí´(eso es música, no te confundas)
ResponderEliminarHe llegado hasta aquí, con el pronóstico digo propósito (aunque si querés saber el pronóstico te lo digo: se esperan vientos del oeste a velocidad de 60km/h en toda la zona sur de la provincia. Ah, de qué provincia? No sé, yo escuché eso XD) Bué, basta de pavadas, vine con el propósito de comentarte esta GENIALIDAD, así, con mayúsculas. Otra vez vuelve mi gran problema con vos, el problema de no encontrar adjetivos justos para describir lo que son tus fics.
Antes que nada, voy a decirte que…Te amo *música de Love Story* (En este momento, Cloquell decide que es demasiado para soportar, saca una escopeta y comienza una matanza de…patos.)
Bueno, bueno, me pongo seria, que hoy ando mas pava que de costumbre. Ay Sophie…dónde te fuiste a meter? Encima de ir a limpiar, tenés que estudiar unas putas normas. Que no les haga caso, las normas están para no cumplirlas, fuck the police! Pero pese a que me de mucha pena esta pobre chica, también, y ya te dije, la admiro, es mi ídola, y me tatuaré su nombre en mi brazo: hay que tener los ovarios bien puestos, o quizás ser una absoluta irresponsable, para presentarte ante Yoko Ono en pedo. Aunque…vamos, es Yoko, tampoco es el Papa Francisco (Franshiiiiishhhcoooo! Lo siento, siempre grito eso cuando lo nombran, ya ves, bien pava estoy) o sea, es Yoko, quién te creés que sos? Si ya te dije, sos una japonesa, andá a la tintorería a planchar trajes y regalar calendarios con fotos de cerezos.
En fin, eso, que Sophie es una grosa y que formaré su club de fans. ATENCIÓN LECTORAS DE CRIS: LAS QUE QUIERAN SER PARTE ME MANDAN UN MENSAJE. DESDE LUEGO, SOY LA PRESIDENTA Y TENGO PODERES EXTRAORDINARIOS. Qué? Suena muy dictatorial? Me da igual, el club lo formé yo. :p
Y después de estas arengas y estas cosas mías de agarrármelas con todos, sigo. Al parecer, el Sven sirve para algo más que rascarse los huevos, sirve para la astrología! Bien ahí pajero! XDDD Y Yoko lo quiere conocer…Sí, por favor, que se conozcan, y que Yoko deje a John por Sven…Ay, sería lo más! Total, los dos son bastante vegetales, se llevarían bien.
Y bueno, me dejaste intrigadísima, mas que nunca un “¿Qué pasará?” bien grande. Tendremos que esperar a ver qué nos traés, seguro que algo buenisisisisisimo, como siempre, pero ya sabés, que sea rápido! Que quiero ver qué le depara a Sophie ese hogar tan…especial.
Ahora me despido de ti y me voy, qué lastima pero adióoooos…
P/D1: Holaaaa!
ResponderEliminarP/D2: Holaaaaaa holaaaa
P/D3: HolBUÉ, YA ESTÁ. Quedó claro que dije hola. Por este medio, quiero pedir disculpas públicas por ofenderte de semejante manera, la verdad, es que esta noche no podré dormir. Me postro a tus pies y pido perdón.
P/D4: Maharishi está medio pachucho, a la vez que super sediento, al igual que mi madre y yo. Creo que nos envenenaron, ayuda! Heeeeelp!!!
P/D5: Mis últimas palabras son: Muero contenta, hemos batido al enemigo. O hemos batido huevos, que podría estar bien, no?
P/D6: Me dejaste una post-data en el capi final de mi fic. Qué hermoso es desparramar el amor por las post-datas.
P/D7: Sí, me voy, dejá esa lata de Raid. *Momento auspiciado por Raid*
Cloquell! haaaaaaaaaaaaaay deje tirado mi libro de Historia Argentina por leer esto, y sabes que? valió la pena jajajajja me encantó! me encanto un monton y a pesar de que todavía tengo q leer tu primer nove, (que la voy a leer aunque me joda y quede ciega) en los terminos establecidos jajajaj, esto esta muyyy bueno, esa Sophie es una bocasucia como digo yo, o mejor, una boca de poncho digamos jajajja, esta entretenidisimo y, lo del tequila. No es ser humano quien no se agarro un chupi con alguna bebida, o mezcla... bueno eso ya es otra cosa jajajaj me encanta, me encanta como escribis y seguramente, debes de poner un choclo de tus conocimientos sobre Lennon (ah si te otorgué la maestria en Lennoniadas. ¡felicitaciones graduada! XD) y ese sentido de humor tan tuyo (todavía me acuerdo de un chiste con una prost... bueno yo me acuerdo) asi que... que decir? ¡I LOVE YOUUUU CLOQUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEELLLLLLLLLLLL! ajajajja segui que me encantó!
ResponderEliminarPd: tenemos que hablar, quiero chistes tuyos. jajajaj un beso enorme desde la otra punta del mundo con océano de por medio!
AH! y muy bueno que tus fics esten librados de Mary Sues (por cierto, Ringui esta bien choluli en la foto) :)
ResponderEliminarYo si creí que regresarías, la cosa estaba en que la inspiración llegara a ti, y bueno, llegó.
ResponderEliminar¿Qué te digo que no te hayan dicho ya? Tu nuevo proyecto es fenomenal, me encanta, me encanta y me encanta. Con tan solo dos capítulos has demostrado que, como siempre, harás un gran trabajo.
Ya le tomé cariño a Sophie, es demasiado graciosa, al igual que Sven. La trama me esta gustando mucho, no puedo esperar a que subas el siguiente capítulo, la intriga me esta matando jaja.
Cuídate mucho. Te mando un beso.
PD. Es necesario que sepas que me alegra mucho que estés de nuevo por aquí. :)
Que...buena...NOVELA.
ResponderEliminarDefinitivamente me capturaste y me has dejado con ganas de más. Te felicito, de verdad, es muy buena.
Te mando un gran saludo!
Que genial!!!
ResponderEliminarsabes? con lo de la carta astral me acordé de Harry Potter inventando lo de Adivinación.Jajajajaja. Potterhead Always.
Sabes? Me imagino que John le va a Hablar. Conociéndolo, va a mandar a la puta madre esa regla y le va a hablar a la Sophie. Si no, A qué va la trama de esta preciosidad? jajajaja
I luv Ya.
Att: Vale ;D