martes, 8 de octubre de 2013

VUELO 937 Capítulo 11



Era aún temprano, demasiado tal vez, y aquello se notaba en las caras de sueño que teníamos todos, sobre todo los chicos, que no estaban acostumbrados a madrugar desde hacía demasiado tiempo. Pero, no obstante, allí estaban ellos, aprovechando las horas de sol al máximo para rodar. Y es que, a más horas aprovechadas al día, antes acabarían con aquella película cuyo rodaje estaba siendo tan caótico como su propia trama, una cosa que todos deseaban con fuerzas.

Estaba sentada sobre la hierba, viendo desde lo lejos como los chicos hacían su trabajo. Pese al incipiente sol de la mañana, refrescaba bastante. Eso, unido a mi soledad, hacía que la experiencia no se me estuviera haciendo demasiado agradable. Soledad, claro, porque no había ni rastro ni de Rachel ni de Anna, quienes seguramente se habrían quedado durmiendo en el hotel un rato más. Tal vez, pensé, debería haberle hecho caso a John cuando me había insistido en que yo también me quedara durmiendo; pero claro, Briseida, la cabezota empedernida, no le había hecho ni puñetero caso y se había levantado con él con las primeras luces del alba. ¿Y todo aquello para qué? Para sentarse sobre la hierba húmeda y estar helándose allí, sin hacer absolutamente nada.

Después de imponerme a mí misma el no volver de nuevo al hotel bajo ningún concepto para no tener que soportar después el “te lo había dicho” de John, me levanté del lugar en donde estaba sentada, ociosa. Al menos estiraría las piernas paseando un poco sin perderles de vista. Tal vez así la espera se me hiciera menos pesada. Empecé a caminar sin rumbo, sumida en mis propios pensamientos y, cuando apenas había dado unos diez pasos, el ruido de un coche al acercarse llamó mi atención. Me volví hacia la dirección en la que provenía aquel ruido justo cuando Anna bajaba de un taxi a pocos metros de mí. Esbocé una sonrisa al verla allí, sonrisa que se tornó en carcajada cuando se acercó un poco más hacia mí y pude verle a la perfección la cara de sueño que traía, mucho más evidente que la del resto. Una cara, en definitiva, que dejaba entrever que no había dormido nada en toda la noche. Y yo sabía el motivo de por qué no lo había hecho.

-¿Pero tú de qué te ríes?-me preguntó frunciendo el ceño mientras caminaba hacia mí.

-De ti y de tu cara de sueño.-le contesté resuelta.-Por cierto, buenos días. ¿Has dormido bien esta noche?

Anna me dedicó una mirada confusa antes de contestarme.

-Buenos días, Bri.

Yo, simplemente, me limité a soltar otra risita por lo bajo, divertida a más no poder con aquella situación.

-Oye Bri…-masculló ella de mala gana cuando vio que me reía de nuevo.-¿A qué vienen esas risas? ¿Se puede saber qué te pasa?

-¿A mí?-fingí extrañarme yo.-A mí nada. Pero dime… ¿qué te pasa a ti?

Cuando hice aquella pregunta, una sonrisa pícara apareció en la cara de Anna.

-Me he despertado contenta.-se limitó a decir.

-¿Contenta? ¿Y a qué debemos esa alegría matutina?

-He pasado una buena noche.

-Ya…-sonreí yo.-Y… ¿puede ser que esa “buena noche” tenga algo que ver con el hecho de que nadie os viera ni a Ringo ni a ti durante todo el día?

Pregunté aquello a bocajarro y sin delicadezas, directa como una bala. Aquello hizo que Anna se me quedara mirando casi con la boca abierta por la sorpresa a la vez que los colores le subían a la cara.

-¡Bri!-exclamó evidentemente sin ser capaz de decir nada más.

-¿Tiene o no tiene que ver con eso?-insistí casi a punto de estallar en otra carcajada.

Anna soltó una risita a la vez que desviaba la mirada hacia otro lado, avergonzada.

-Sí que tiene que ver.-susurró al cabo de unos segundos.

-¡Anna!-exclamé.-Así que por fin Rich y tú…

-Sí, sí.-me contestó aún sin mirarme antes siquiera de que yo acabara de pronunciar la frase.-Ritchie y yo…

-Ahora ya es Ritchie, qué tierno…-la chinché yo divertida haciendo que ella se volviese hacia mí de nuevo y me lanzara un intento de mirada asesina. Digo intento porque se notaba a la legua que se estaba partiendo de risa para sus adentros-Tranquila, me abstendré de decir un “lo sabía” como hiciste tú cuando te dije que John y yo estábamos juntos.

-Muy considerada, Briseida. Deberían premiarte por ello.-me contestó irónica.

-Y… ¿cómo fue?

-¡Bri!-exclamó ella.-Eso son detalles que no…

Solté una risotada al ver su reacción y comprobar que había malinterpretado mi pregunta. En realidad, yo no quería un informe pormenorizado sobre todo lo que había ocurrido, simplemente quería saber cómo de la situación de enfado en la que los dos habían quedado la mañana anterior, habían llegado  a aquello.

-Tranquila, no quiero esos detalles.-reí yo.-Me darían un poco de asquito, si quieres que te diga la verdad.

-¿Y entonces por qué preguntas, cotilla?

-Porque tengo curiosidad por saber cómo pasaste de estar enfadadísima con él a… eso.-contesté con una media sonrisa.

-Ah…-suspiró Anna devolviéndome la sonrisa.-Bueno, cuando me fui vino enseguida a buscarme. A decir verdad no tardó nada en encontrarme.

-Ya…

-Y bueno…-siguió Anna.-Me obligó a parar y a escucharle, cosa que yo no quería hacer para nada. No sé cómo, pero lo consiguió. Entonces me explicó que Miranda y él no tenían absolutamente nada, que sólo había subido a su habitación para unas cosas del rodaje y no sé qué más. ¿Sabes? Lo conozco demasiado bien para saber si me miente o no y te aseguro que ayer supe que me estaba diciendo la verdad.

-John también me dijo que entre la Miranda ésa y Rich no había nada.-dije yo.

Aquellas palabras parecieron relajar más si cabía a Anna, que sonrió nuevamente.

-Me alegra oír eso.-me contestó sin ser capaz de ocultar la felicidad que sentía en aquellos instantes.-¿Sabes? Después estuvimos hablando y… bueno, nos sinceramos y… ya sabes.

-Por supuesto que lo sé.-reí.-Una cosa llevó a la otra y así fue como acabasteis dándoos besos ante la puerta de la habitación.

-¡¿Qué?!-gritó ella mirándome con los ojos muy abiertos. Yo solté otra carcajada al ver su reacción.-Oye, no te rías y hazme el favor de decirme cómo mierdas sabes tú eso.

-Lo sé, así, sin más.-reí yo.-Y lo peor es que John también lo sabe.

-¡Bri!¿Qué me…?-preguntó agitada.-Un segundo, un segundo… ¡nos espiasteis!

Solté una risa.

-No sé, yo no lo llamaría espiar, simplemente… os vimos.

-¿Que nos visteis?-casi exclamó ella.-Pareja de cotillas, os voy a matar… ¡a los dos!

-Oh, Anna, no te pongas violenta, que eso no es bueno…

-¡Lo que no va a ser bueno para ti es lo que te voy a hacer cuando te pille, Briseida! ¡Ya puedes empezar a correr!

Y no bromeaba porque, de inmediato, se abalanzó sobre mí, iniciándose así una carrera de lo más alocada entre las risas de ambas, a la vez que, desde no muy lejos, los chicos nos miraban con cara de alucine sin saber muy bien qué era lo que estaba pasando. A aquello se le llamaba empezar el día con energía: justo lo que necesitaba para despertarme del todo.

********************************

Jueves, 9 de abril de 1987
Londres

-Se coló.-dijo Greg encogiéndose de hombros a la vez que me lanzaba una mirada.-Se coló sin más. Ella no debería estar aquí; todo hubiera tenido que ser diferente, al menos en el caso de John, pero Briseida se coló por uno de los agujeros, como hacen muchos. Y no debería de haber ningún problema en teoría, pero viajó a una época demasiado cercana a la suya y ha llegado con vida, como era de esperar, al día de su nacimiento. No puede haber dos Briseidas conviviendo en una misma época, va en contra de todas nuestras leyes. Entonces, en el momento en que el bebé nazca, lo más seguro es que… Bueno, el final supongo que todos lo tenéis bastante claro.

Greg dejó de hablar casi tan de repente como había empezado a hacerlo hacía unos minutos, ante todos. Les había contado, como si fuera lo más normal del mundo, toda mi historia. Todo, absolutamente todo, desde que yo me bajara de aquel extraño Vuelo 937 con destino a Londres que jamás me llevaría al sitio donde me debía llevar. Y pese a que aquello pudiera parecer una historia delirante, sin sentido y loca, hecha exclusivamente para burlarse de los que la escuchaban, un silencio sepulcral, acompañado de una inmensa gravedad, se adueñó de la estancia. Tal vez la seriedad de John cuando había vuelto a escuchar todo aquello, mis lágrimas silenciosas pero insistentes al sentirme descubierta ante todos y la naturalidad con la que Greg había contado todo, dotaban a aquello de una veracidad sorprendente. Quizá por eso nadie osaba a decir una palabra mientras nos miraban a los tres confusos, casi en estado de shock.

-Eso es… imposible.

La que acababa de hablar había sido Anna. Apenas había sido un murmullo casi inaudible, pero dado el silencio imperante en el salón en aquellos momentos, todos habíamos podido escucharlo a la perfección. Levanté la cabeza para mirarla. Nuestros ojos se encontraron enseguida: los suyos serios, incrédulos; los míos inmensamente tristes, con tintes de arrepentimiento por haber estado ocultándole la verdad durante tantos años.

-Bri…-masculló sin separar sus ojos de los míos.-Dime que lo que este loco de aquí está contando no puede ser cierto.

No pude contestar nada. ¿Qué se suponía que iba a hacer? ¿Mentirle a ella y a todos? No ahora que se habían puesto todas las cartas al descubierto sobre la mesa. Aunque me doliera, más que nada por mis hijos allí presentes y que parecían completamente idos por aquella información, no podía mentir. No podía seguir haciéndolo como lo había estado haciendo todo ese tiempo.

-Mamá…

La voz de Julie a escasos centímetros de mí hizo que rompiera el contacto visual con Anna. Me volví hacia mi hija y, sin decir nada, alargué la mano y se la pasé por el pelo, en un gesto tranquilizador. El mismo pelo que su padre, pensé amargamente.

-¿Es verdad todo lo que…?

Greg interrumpió de repente la pregunta que empezado a formular Julie con una tos descaradamente postiza. Le dediqué una mirada cargada de odio: nadie interrumpía a mi hija, y menos él, en mi propia casa.

-¿Por qué todo el mundo insiste siempre que se entera de nuestros secretos en negar la evidencia?-preguntó obviando la mirada que le estaba lanzando.-En fin… Por cierto, Briseida, tengo unas cosas tuyas que tal vez te apetezca recuperar.

El odio de mi expresión se convirtió en curiosidad cuando lo escuché. No tenía ni idea de a qué se estaba refiriendo.

-¿El qué?-pregunté secamente, aún hostil.

Greg abrió su americana y empezó a hurgar en el bolsillo interior de la chaqueta. A continuación, extrajo de allí una bolsita de papel, arrugada pero evidentemente llena de cosas, y me la tendió.

-Esto.-me dijo.-Anda, míralo. Tal vez eso también sirva a los incrédulos para creer en lo que digo.

Agarré la bolsa intentando controlar el incipiente temblor de mis manos y, sintiendo como todas las miradas estaban clavadas en mí, la abrí y dejé caer su contenido encima del sofá, justo al lado de donde yo estaba sentada. No pude evitar lanzar un pequeño grito de sorpresa cuando vi aparecer allí mi cartera, mi pasaporte y mi teléfono móvil.

-¿Has tenido tú esto todos estos años?-pregunté con un hilillo de voz.

Greg asintió con la cabeza.

-Tengo más cosas.-dijo.-Tu ordenador portátil, tu cámara de fotos… Todo lo que llevabas en tu equipaje aquel viaje. Recuperamos tus maletas enseguida, pero… Entiende que no pudiéramos devolvértelo. Son cosas que no pertenecen al 67.

No dije nada. En aquellos momentos, el hecho de que aquella gente se hubiera quedado con mis cosas era la menor de mis preocupaciones. Volví a mirarlo todo antes de agarrar mi cartera y abrirla. Saqué, con mucho cuidado, mi carnet de identidad y volví a contemplarlo después de tantos años. Era paradójico ver que aún faltaban más de veinticinco años para que me lo expidieran después de su renovación rutinaria y que, sin embargo, aquel trocito de plástico estaba ya gastado por los años. No pude evitar fijarme en mi verdadero nombre, con mi verdadero segundo apellido y no con aquel común “Martínez” que  habían puesto los vigilantes en mi documentación falsa. Tampoco pude evitar el fijarme en mi fecha de nacimiento: 9 de abril de 1987; la fecha del día en el que estábamos y, tal vez, la fecha que también aparecería en mi certificado de defunción.

Abrumada por todos aquellos negros pensamientos, solté el carnet de identidad rápidamente, como si su mero contacto me abrasara la piel. Me percaté de que John, a mi lado, lo agarraba y lo observaba también. Lanzó un suspiro: pese a que hacía muchos años que sabía la verdad, aquello suponía la confirmación oficial de todo aquel enredo. Antes incluso de que él pudiera soltarlo, Anna se lo arrebató de las manos, aunque no le presté demasiada atención a aquello. De hecho, mientras todos empezaban a pasarse de mano en mano mi carnet, yo me limité a seguir ojeando el interior de mi cartera. Saqué unas cuantas libras esterlinas, las que había cambiado en el banco justo antes de salir para aquel viaje sin retorno, y unos cuantos euros. Sonreí amargamente cuando noté las miradas de todos clavadas en aquellos extraños billetes que nadie había visto antes.

-Son euros.-aclaré.-Dentro de unos años será la moneda única europea, aunque no todos los países la tendrán… Reino Unido sigue con sus sempiternas libras.

Nadie dijo ni una palabra. Supongo que todo aquello era demasiado confuso y sorprendente para todos. Dejé de nuevo la cartera sobre el sofá y, ajena a todo, agarré el móvil. Levanté la vista y miré a Greg.

-Creo que una de las cosas de la vida cotidiana a las que más me costó acostumbrarme fue a enseñarme a vivir sin esto.-dije en voz alta esbozando una media sonrisa triste.-No me di cuenta de lo enganchada que estaba hasta que tuve que vivir sin él.

-Todos lo están en el tiempo de donde vienes.-me contestó Greg con suavidad.-Y créeme si te digo que aún lo estarán más.

No contesté nada más. Simplemente, volví a mirar mi teléfono y pulsé el botón de encendido. Inmediatamente, la pantalla se iluminó y apareció el logotipo de la marca del teléfono móvil. Antes incluso de que saliera la pantalla para introducir el PIN de desbloqueo, el móvil volvió a apagarse de nuevo.

-La batería.-me aclaró Greg.-Aún son un completo desastre en 2013.

-¿Qué… qué era eso, mamá?-preguntó Matt de repente mirando primero al móvil y después a mí, sorprendido.

-En realidad es un teléfono.-le contesté.-Pero sirve para muchas otras cosas. Créeme, Matt, vivís más tranquilos sin estos trastos.

No obtuve ninguna respuesta por parte del niño. Todos los demás, por su parte, volvieron a clavar sus ojos en mí. Los miré, uno por uno. Ahora no cabía ninguna duda de que todos creían la historia de Greg. Y si creían en la historia de Greg, sabían la verdad: iba a morirme en poco tiempo.

Ni siquiera fui consciente de que aquel pensamiento había hecho que las lágrimas volvieran a rodar por mis mejilla, triste. No hasta que John me rodeó los hombros con su brazo y me apretó contra él fuertemente.

-Tranquila, cariño.-susurró mientras me daba un beso en el pelo.-Tranquila.

*******************************

Anna y yo volvíamos a estar sentadas sobre el césped mientras charlábamos animadamente cuando los chicos aparecieron delante de nosotras. Tanto la una como la otra nos quedamos mirándolos sorprendidas: al parecer habíamos estado tan entretenidas con nuestras cosas que ni siquiera nos habíamos dado cuenta de que por fin habían acabado de rodar. Nada más verlos, me levanté del suelo automáticamente.

-¡Ya hemos acabado, preciosidades!-exclamó John contento acercándose hacia nosotras. Después, me plantó un beso en los labios.-¿He estado bien?

-Tú siempre lo estás.-le contesté yo sonriente haciendo que él lanzara una risita por lo bajo.

-Bueno, vamos, dejad la escena romántica para otro momento y vayámonos a comer algo ya.-dijo de repente George apareciendo por detrás de nosotros.-Me muero de hambre.

-Cómo no, Hari con hambre…-rió Anna que aún estaba sentada en el césped.

George iba a contestarle algo cuando Ringo se plantó delante de Anna y le dedicó una tierna sonrisa que ella le devolvió. Ni Paul ni George hicieron mucho caso de aquella escena, pero John y yo nos los quedamos mirando con una sonrisilla pintada en la casa. Al fin y al cabo éramos los únicos de allí que sabían de qué iba todo aquello.

-¿Te ayudo a levantarte?- le preguntó Ringo tendiéndole la mano.

Sin decir nada, Anna le agarró la mano y Ringo la ayudó a ponerse en pie. Los dos quedaron cara a cara, mirándose por unos segundos tiernamente. Aquel detalle sirvió para que George y Paul, que hasta entonces no habían notado nada raro, se quedaron mirándoles entre curiosos y sorprendidos. No obstante, Anna y Ringo parecían completamente ajenos a todas las miradas.

-¿Cómo estás, princesa?-le preguntó Ringo casi en un susurro.

-¿Prin… qué?-dijo Paul incrédulo a nuestro lado.

No hizo falta que nadie aclarara sus dudas ya que, en aquel preciso instante, Ringo se acercó a Anna y le dio un sentido beso en los labios. Ni John ni yo nos pudimos aguantar la risa cuando vimos las caras que se le quedaron a George y a Paul.

Ringo y Anna se separaron lentamente, él con una sonrisa feliz pintada en la cara y ella, aunque también sonriente, roja a más no poder.

-¿Pero qué es todo esto?-preguntó Paul divertido mirándolos a los dos.

-Vamos, Macca, no creo que sea necesario que te lo expliquen.-intervino John riendo.

Ringo simplemente se limitó a asentir, visiblemente satisfecho, a la vez que le sostenía la mano a Anna fuertemente, quien reía por lo bajo aunque sin osar a mirarnos a nadie directamente a la cara, nerviosa.

-¡Joder! ¡Ya era hora!-exclamó George cuando se recuperó de lo que había visto.-¡Por fin estos dos se dejan de joder! Que sepáis que el rollo ése que teníais de “sólo amigos” ya no nos colaba a nadie.

-¡George!

-Ni George ni nada, Rings.-rió él.-Es la verdad.

-Hari tiene razón.-añadió Paul.-Ya era hora, ¿o no, John?

-Y tanto que era hora.-contestó él a mi lado.-Tal y como nos decíamos mi Bri y yo, la tensión sexual debe resolverse.

-¡Lennon!-era la primera vez que Anna hablaba desde que Ringo le había dado aquel beso.-Calla. Calla o te mato. A ti y a “tu Bri”.

-Eso, John, hazle caso que ya sabes que Anna es muy capaz…-rió Ringo, quien, al parecer, se estaba divirtiendo con aquella situación a más no poder.

-Pues tranquilízala y haz que se le pasen esos instintos asesinos que tiene.-le contesto John riendo también.

-Eso está hecho.-sonrió Ringo antes de volverse de nuevo hacia Anna y plantarle otro beso, esta vez por sorpresa. Cuando se separó de ella, Anna aún estaba más roja de vergüenza que antes.

-Ritchie…-susurró ella a modo de reprimenda o de no se sabía muy bien qué.

-Bueno, ¿y qué? Supongo que este gran evento debemos celebrarlo por todo lo alto, ¿no?-dijo Paul.-Ya sabemos quiénes son los que invitan hoy…

-Claro, debemos celebrar que ahora ya sois tres las parejitas empalagosas e insoportables las que tengo a mi alrededor.-bromeó George.-Pero, por favor, me parece genial que Anna y Ringo por fin estén juntos, pero… ¿podríamos irnos al hotel a comer algo ya?

Aquel comentario de George hizo que todos, incluida la avergonzada Anna, soltáramos una sonora risotada antes de empezar a andar todos juntos en dirección al autobús. Sonreí mientras caminaba agarrando a John por la cintura. Yo era feliz y todos los que me importaban en aquellos momentos parecían serlo también. Definitivamente, no se le podía pedir nada más a la vida.




Hola! Bueno, aquí yo de nuevo con capi acabado de salir del horno. Espero que os haya gustado esta cosa que ha salido de mi mente. Como siempre, gracias por estar ahí leyéndome y tomándoos la molestia de comentar. Por cierto, quería deciros, porque dudo que aparezca por aquí antes, que disfruteis mucho del próximo 9 de octubre, que ya sabeis quién cumple añitos ese día. Un día agridulce para mí, si os soy sincera, pero en el que mis pensamientos se volcan siempre hacia él y eso, sin lugar a dudas, es algo muy bonito. 
Y bueno, ya no os jodo más con mis cosas, que no quiero aburriros ni nada de eso. Un saludo, guapas!

5 comentarios:

  1. Hola! Ay que bonitos! Las parejitas *__* Que hermosas, realmente me parece que Bri y John hacen una muuy buena pareja, igual que Anna y ringo y Rachel y Paul. Y George con comida XD

    Me pareció de lo más triste este rollo de Greg. El carnet, los Euros, el celular, casi me hace llorar. :'(
    Bri me parece lo máximo, al igual que John. Son la Pareja perfecta. *__*

    9 De Octubre! no me había dado cuenta de que ya estábamos tan cerca!! Awwwww *o*

    Sube Pronto Cris, y Cuídate mucho
    ♣♥♥♥ Bye ♥♥♥♣

    ResponderEliminar
  2. BARRILETE CÓSMICOOOOOOO DE QUÉ PLANETA VINISTE? GRACIAS DIOS! GRACIAS DIOS POR ESTOOOOOOO (y para que te des una idea, acá tenés esto: http://www.youtube.com/watch?v=T-qiJEnm_0Q Ahora imaginate todo eso pero en vez de Maradona, un “CLOQUEIIIII”)
    Bueno, me pareció adecuado empezar con esto (bué, desde hoy que te estoy diciendo barrilete cósmico, no sé porqué lo digo como una novedad) pero es que lo escuché y me acordé y como que todo lo que dice Victor Hugo Morales (el relator del partido) va aplicado a vos. Sí, ya sé, te desarmé y no sabés qué decirme, estoy acostumbrada XDDD
    Geeeeniaaaaa!!! Amé el capitulo, me voy a casar con él porque lo amo mucho. Aplausos!!!
    Dejá de tirarme mensajes subliminales, que parecés de una secta. Te leí tirada en la cama y me retorcía de la risa. Y claro, es obvio que te voy a correr XDDDDD (Che, menos mal que nadie sabe de esto, porque sino estarían pensando muuuuy mal de nosotras)
    Otra: “Oh Anna” no me digas que no lo pusiste a proposito! No me mientas!
    Y otra con referencia a mi violencia y todo eso, como si yo fuera una chica pegona, yo, justo yo, el paradigma de la paz (y la pez) y la concordia!
    Bueno, me dejo de descifrar mensaje (seguro que voy a encontrar otro, a mi no me jodés) y comento con un poco mas de seriedad che, que esto es un desastre.
    Qué ganas de levantarse temprano al peeeedo, y encima con frio, yo me quedo roncando y listo, que pelicula ni pelicula. Aunque claro, de pelicula habrá sido la noche anterior XD
    Otra cosa, me encanta el Bri, suena tan lindo! No sé, me copa mucho aunque la portadora del Bri sea bastante chusma. Ella y su queridísimo novio parecen dos viejas que barren la vereda para enterarse de todo. Ay, cómo son, que ya no hay privacidad!
    Acabo de ver otro mensaje: la fruncida de ceño, que lo leo y me da una risa todavía...lástima que no tengo nada para tomar acá cerquita jajajja
    Continúo: por favor, que alguien le diga a George que no sea amargo y que deje de hinchar con la comida. Corta mambo!!! Querido, no tenes novia porque estás casado con la comida! Pará un poco!
    ¿Por qué? ¿Por qué me hacés enamorar de Ringo mas de lo que estoy? ¿Por qué ese ensañamiento? ¿No ves que yo me enamoro de todo? Enserio, lo amo mucho mucho, aunque Paul y George estén ahi molestando con sus ojos asombrados. ¿Qué? ¿Nunca vieron a nadie besándose? Qué les pasa? Salgan de acá XD Encima hay que pagar la comida, así no se puede vivir! Y sí, yo lo dije, los mataré a los dos.
    Y ahora voy a lo serio. Greg y la recalcada concha de tu madre, la re puta que te remil parió hijo de un barco cargado de putas! De entendió que lo odio, no? Qué hijo de puta, pero qué hijo de puta, me saca, te juro que me saca. Y más vale que blogger no me impugne el comentario por decir muchas malas palabras porque para él también hay!
    Vos me hacés poner asi, porque...ayyyyyy. A ver, momento que me tranquilizo. Acabo de caer en que la nena se llama Julia como la madre de John. Sí, pegame por ser tan corta jaja. Me imagino la cara de alucine total con el celular. Y justo Bri enciende el telefono y cae un wasap de la Anna del futuro o de Maria Luján, rompiéndole las pelotas jajajja. Bueno, ahora todos saben todo y...uffff a saber qué se viene. Sigo repitiendo que me dejás intrigada y que con estas cosas te lucís a mas no poder, escribís tan bien que hacés vivir todo. Y tranquila, Anna perdonará todo XD
    Y ahora me voy, felicitándote otra vez por esto. Besotes enormes!




    ResponderEliminar
  3. P/D1: De qué sabor hago la torta para John?
    P/D2: La llevo en una canasta?
    P/D3: Mejor olvidemos la canasta. No pienso bailar nada que leve canastas. Olvidate de verme así Cloquell!
    P/D4: No digas nada pero...sí, le pegué yo a Cristina, pero soy muy ninja y no me vieron.
    P/D5: Maharishi está tuerto! Le lastimaron el ojo, pero sabemos bien que no es problema porque como es Maharishi tiene un tercer ojo.
    P/D6: Te cebo unos mates? Estoy tomando, por eso te digo XD
    P/D7: Otra cosa! Me encanta ese juego que hacés (no sé si sos consciente o no....supongo que si) de las situaciones, por ejemplo, re amistad con Anna en una, y casi pelea en otra. Noooo yo no me quiero pelearr... a lo sumo te pegaré por no haber dicho nada, pero noooo
    P/D8: Me voy porque sé que es tarde para vos. Adéu Valencian Flan! Barrilete cósmico! Y que mañana sea un día mejor! :)

    ResponderEliminar
  4. Que lindos, por fin aceptaron su romance esos dos. :33
    Georgie está solito. U.U Yo te cuido bebé! Ahorita me atravieso la pantalla y me meto ahí contigo para que seamos felices. #LeL :<
    Ennnn fin. Ya te extrañaba por aquí Criss. <3
    Cuídate mucho y que pases un 9 de octubre recordando al más grande de los grandes. :*
    ^^/ Adiosh

    ResponderEliminar
  5. SIII al fin un nuevo capiii, te quedo muy bien. Amo a John & Bri, y a Ringo & Anna tmbien ♥lovelovelove♥

    ResponderEliminar

¡Comenta!